sábado, 28 de febrero de 2009

Si del cielo te caen limones...


Para YeYe.


¡Ah que clima tan loco! Ayer por la tarde, hacía un calor bárbaro. Tanto, que unos amigos y yo nos vimos en la penosa necesidad de ir por unas cervecitas. Mientras esperábamos la comida (y las chelas), sentí en el aire la innegable cercanía de las vacaciones de Semana Santa. No sé si a ustedes les pase, pero cuando se acercan estas fechas, la fiesta se respira. Por decirlo de alguna manera: "huele" a mar, balneario, comida, cerveza y música. Y se antoja.

A las siete de la noche ya no hacía calor. Había refrescado bastante. Estaba sentado en las escaleras de una explanada y me dieron ganas de acostarme, sólo para disfrutar el momento. Ni una nube en el cielo. Algo brillaba intensamente junto a la luna. Venus, creo. Vi como iban apareciendo las estrellas poco a poco. Ya hacía frío.

Me quedé pensando en que pude haber hecho lo que toda la gente en las últimas dos semanas: Quejarme del clima. Pero, ¿para qué? Eso no cambia nada. Uno NO puede cambiar el clima, ¿o si?

En esas estaba, cuando recordé que una amiga (YeYe), me preguntó cuál era la razón de que le tirara tanto a las mujeres. Y, la verdad, no es asi, mi querida niña. No tengo nada en contra de las mujeres. De hecho, me encantan: Las amo. Pero, sin duda, son las que hacen los comentarios más divertidos y me dan mucho material.

Hace unos días, una señora iba en la misma combi que yo. Se hacía aire con una hoja de papel. Al tiempo que renegaba por todo: El calor, su lugar, el chofer, sus hijos... etc. Al parecer esperaba encontrar eco en mi, pero no le hice caso -La ignoré, de hecho-. En primer lugar no me gusta quejarme de las cosas y, en segundo, estaba leyendo un libro cuya lectura me tiene hechizado: Lestat, el vampiro.

Además, ¡Cómo quejarme! Si fuera religioso, daría gracias a dios por estos calurosos días. ¿La razón? La ropa de verano que las féminas comienzan a usar. Hay chicas que se ponen minifalda y top a la menor provocación y, eso, se agradece. Es un hermoso paisaje, debo reconocer. Mis amigos estarán de acuerdo conmigo.

Dos días después de eso, como un auténtico milagro -tengo que admitir que me sorprendió bastante-, Llovió y cayó una granizada marca diablo. En algunos lugares de la ciudad, practicamente caían cubitos de hielo, como para sacar un vaso por la ventana y preparar con ellos una cuba libre. Obviamente refrescó, pero me llamó la atención que hubo gente que se quejaba... ¡ahora por el frío!

Al parecer nunca estamos contentos con lo que tenemos. Recuerdo una novia que tenía hace unos años: hermoso cabello ondulado, unas ondas suaves pero definidas, perfectas, de color castaño... pero a la señorita no le gustaba, así que decidió pintarselo para ser rubia intensa y, además, hacerse la base.

Antes de ella, otra novia, con el cabello negro y chino (casi afro), el cual, debo aceptar, me fascinaba. Siempre me decía que ella quería ser lacia.

Ya ni hablar de los kilos de mas (o de menos), la estatura, el color de los ojos, el tamaño de los pechos, el ancho de los tobillos o las pantorrillas y mil y un etcéteras.


(No, YeYe, no tengo nada contra las mujeres, quiero insistir).


El día de la granizada, afortunadamente descubrí que no soy el único optimista. Fue maravilloso descubrir en el centro de la ciudad, mojado todavía por la reciente tormentita, un montón de muñequitos de nieve - de granizo, para ser exactos-, adornando las calles y las casas. Bufandas, sombreritos y ojos de corcholata completaban el cuadro.

¿Qué nos cuesta? ¿Es tan dificil encontrarle las cosas buenas a las circunstancias de la vida?

Porque, como ya lo dijo un sabio salsero: "Si del cielo te caen limones... pues ¡ponte a hacer micheladas!"

Yo coopero con un cartón de chelas...

¡Salud!

domingo, 22 de febrero de 2009

Sentido Manifiesto


Ayer fui a un bar en el centro. Cuando fui al baño me encontré esta belleza en la pared:


La Asociación de Hombres Unidos Enemigos de las Viejas Opresoras (AHUEVO, por sus siglas en inglés), promulga el siguiente

M A N I F I E S T O

Dirigido a todas las esposas, novias, amantes, amigas con derecho, detalles, peor-es-nada (y todos los etcéteras que se acumulen), deseando hacer patente nuestro deseo de clarificar ciertos rubros por demás importantes.

A saber:

1. Deben aprender a manejar el asiento del excusado. Si el asiento está levantado, bájenlo. Fácil, ¿verdad? Nosotros lo necesitamos arriba, ustedes lo necesitan abajo. (¡Yo nunca me quejo porque lo dejaste abajo!)

2. El sábado es dia de deportes. No intenten entenderlo. Aceptarlo es más simple.

3. Comprar NO es un deporte. Definitivamente nunca cambiará nuestra postura ante ese hecho.

4. Llorar es chantaje. (Decir con voz de niña, si no quieres, no, también lo es)

5. Cuando quieran o necesiten algo, sólo pídanlo. Queremos dejar muy claro que:
  • Las indirectas sutiles no funcionan.
  • Las indirectas con cierta intención, no funcionan.
  • Las indirectas directas ¡No funcionan!

6. SI y NO son respuestas aceptables para muchas preguntas. (¿Quieres que justifique todo lo que digo? ¿Para qué?)

7. Si tienen un problema y lo quieren resolver, díganlo. Podemos ayudarles. Si quieren lástima o compasión, llamen a sus amigas.

8. Un dolor de cabeza que dura más de 17 días representa un gran problema de salud. (Deberías ver al doctor).

9. Lo que dijimos (dije) o hicimos (hice) hace 2 dias, tres meses, 4 años, etc., es inadmisible en una discusión. De hecho, cualquier comentario de nuestra parte, caduca a las 24 horas de su emisión. (Dicho de otra manera, no te pongas histórica).

10. Si piensan que están gordas, muy probablemente lo estén. No nos pregunten eso. (No es mi culpa, je).

11. Si acaso hicimos un comentario que puede ser interpretado de dos maneras distintas, nosotros nos referíamos a la otra. A la que no las pone como ogro con indigestión.

12. De ser posible, digan lo que desean o comiencen una discusión durante los comerciales (o el medio tiempo en su defecto, 15 minutos es buen tiempo para pelear, ¿no crees?)

13. Todos los hombres, vemos solamente 16 colores (4 bits). Por ponerles un ejemplo, durazno no es un color, es una fruta peluda. ¿Que chingaos es malva? ¿Bermellón? Ay no m...

14. Si preguntamos ¿Qué tienes? y la respuesta es Nada, vamos a asumir que absolutamente nada sucede. No es que seamos insensibles, pero una vez es suficiente para demostrar nuestro interés, ¿que no?

15. Si hacen una pregunta que no quieren que sea respondida, esperen una respuesta que no van a querer escuchar.

16. Si vamos a salir, cualquier cosa que se pongan está bien y nos gusta. Se ven hermosas en todas las fiestas, así que no nos torturen con la misma pregunta en todas las citas. (Si. Tortura. Uno nunca sabe que contestar. Da miedo).

17. No pregunten que estamos pensando, a menos que estén dispuestas a discutir sobre sexo, deportes o automóviles.

18. Tienen mucha ropa.

19. Tienen los zapatos suficientes para combinar con toda esa ropa.

20. Yo estoy en forma. Redondito es una forma, ¿o no?


Y por úlitmo:


21. No me importa que me mandes a dormir a la sala, a la tina o a la cochera... al fin y al cabo, ¡es como estar de campamento!

..........................................................................................................

Cuando terminé de leer, me rasgué las vestiduras y exclamé: ¿Quién ha osado poner esto aquí? ¡Es un error! ¡Es un terrible error!...

!Debería estar en el baño de las mujeres!

-Con todo respeto-

¡Salud!


domingo, 15 de febrero de 2009

Grinch-anti-Valentine's

Sólo quería decirle a todas esas personas que ayer paseaban por el centro de la ciudad cargando globos rosas y en forma de corazón, embarrando de su miel a todo el que pasaba que...

Ojalá se les haya atorado en el gaznate la fresa cubierta de chocolate que se comieron, que les haya dado diarrea la cena romántica [o alergia, mínimo], y que hayan amanecido sufriendo una cruda horrible...

¡Sí!

¡Soy un amargado, ya lo sé!

Es más... ¡Otra ronda para esta mesa!

¡Salud!

sábado, 14 de febrero de 2009

Lo malo de la cerveza...


Hace unos meses fui a la ciudad de México por primera vez. Una amiga mía que vive en el norte del país había planeado un viaje con unos amigos y decidimos encontrarnos allá. Yo vivo en el sur.
Cómo he mencionado nunca había ido a la capital, y, menos solo. Pero el hambre de aventura pudo más, por lo que confíe en mi suerte y salí de Morelia en el autobús de las 11:59 del 27 de diciembre.

Allá todo fue genial. Paseamos, comimos, tomamos café, reímos... Y fuimos por unas cervezas.

Para las 5:30 de la tarde, seguiamos paseando por el Zócalo y caminando por la calle 5 de Mayo, hablando de no sé que tantas cosas. Pero la cerveza estaba haciendo efecto, y, llegando a la Alameda, tanto mi amiga como yo tuvimos cierta necesidad... ustedes saben: demasiado líquido en el sistema.

Pero en una ciudad enorme y desconocida, ¿Cómo encontrar un baño público "decente"? Decidimos entonces encaminar nuestros pasos hacia la torre latinoamericana y nos llamó la atención un letrero en cartulina fosforescente que decía: "BAÑOS LIMIPIOS E HIJIENICOS".

Sé que debía desconfiar de un letrero así, pero, ¿Qué quieren? Una vejiga a punto de desbordarse impide el claro razonamiento del individuo, ¿o no?



Más razones para no entrar ahí:

Entrando al edificio se percibía un extraño aroma que no podíamos situar. Mi amiga señaló un letrero y se echó a reir a carcajadas. Cine Porno. Películas XXX. -¡A dónde vinimos a caer!- Dijo.

¿Recuerdan el elevador de la película Titanic? Así era. De veras. Una puerta de rombitos que tenía que ser cerrada manualmente, con botones redondos en la pared... Y un operador.

Un viejito que, de ser otras las circunstancias, nos habría hecho correr del puro miedo...

Le preguntamos cuanto cobraban y respondió: "Diez pesos". Deseamos que los baños ofrecieran un mejor aspecto.

Subimos al elevador y rechinó la estructura. Me sentí en una película de terror. Y lo peor: ya me meaba...

Llegamos al segundo piso. El viejito señaló el corredor más oscuro que he visto en la vida -al menos a esa hora de la tarde- y dijo: "El baño está hasta el fondo".

Creo que mi amiga y yo tragamos saliva al mismo tiempo. Otra vez sentí que estabamos en una película, justo antes de que se aparezca el monstruo.

No quería separarme de ella. De hecho, tenía miedo de separarme de ella. Cada quien entró a su baño.

Estaba oscuro pero alcancé a ver en la pared un nudo de alambres y, por un momento, sentí alivio considerando la posibilidad de morir electrocutado en lugar de asesinado por un psicópata. Por fortuna la luz si servía y, mientras me ocupaba del sagrado, liberador y fino arte de mingir, iba pensando en que debo dejar de tomar... Por lo menos tanta cerveza.

Me lavé las manos y salí. Tuve que esperar un minuto o dos a que mi amiga saliera de la otra puerta.

Cuando estuvo fuera, nos miramos y, al mismo tiempo exclamamos: ¡Qué miedo!

Por lo menos tu baño tenía luz -me reclamó cuando le contaba del apagador-.

Caminábamos rápido por el pasillo. Lo que más deseábamos era salir pronto del edificio y, cuando estuvimos en la calle, los dos suspiramos de alivio al mismo tiempo.

A las dos horas ya no nos acordábamos del edificio del terror... Estábamos en un karaoke-bar, tomándonos unas chelas...


Lo malo de la cerveza es que te dan unas ganas de mear que...

miércoles, 11 de febrero de 2009

Esto no es un cuento de hadas

Ella escuchó los cascos del caballo y sabia que habia llegado Él. Y sonrió. Enseguida se sacudió la larga melena rubia y se tiró de bruces en la cama justo antes de que el príncipe entrara en la habitación.

-¿Qué sucede?- Preguntó él con dulzura.
-Nada- respondió ella.

A Él le hartaba ese juego y ella lo sabia... O al menos debería saberlo.

-¿Que puedo hacer por ti ? ¿Que puedo hacer para que te sientas mejor? Estuviste llorando, ¿verdad?
-Si, un poco... en la tarde.
-¿Por qué lloras?
-No es nada de veras.

Desesperante. ¿Cuántas veces habría escuchado esas mismas respuestas? ¿Eran respuestas?

-[Suspiro] A ver chiquilla linda, dime la razon de tu tristeza.
-Es que tu ya no me quieres
-¿Cómo puedes decir eso? ¡Claro que te quiero!
-No es verdad. respondio ella con voz infantil.

Mujeres caprichosas, berrinchudas y mimadas, pensó Él.

-Realmente me sorprende que digas eso. ¿No te lo he demostrado ya muchas veces ?
-Eso creo...
-¿No maté al dragon que no te dejaba escapar de la torre donde estabas prisionera?
-Si.
-¿No te he colmado de regalos y riquezas?
-Si.
-¿Acaso no mande sembrar de rosas el jardin del castillo para que su aroma te despierte en las mañanas?
-Asi es.
-¿Y no aprendí a tocar el laúd para darte serenata todas las noches, cantando para ti, que eres mi princesa?
-También...
-¿Entonces?
-No lo sé. Algo me falta...
-¿Qué es?
-De veras no lo se. Creo... creo que necesito que me rescates otra vez...
-Te rescaté del dragón.
-Si... yo subí a esa torre, cerré la puerta y lancé la llave por la ventana...
-Te rescaté de las brujas...
-Yo salí a buscarlas y provoqué su ira para que fueras a rescatarme...
-¿Por qué haces esas cosas? Yo te he dado todo...
-Es que... Lo necesito.
-¿Qué necesitas?
-¡Qué me rescates!
-¿Pero, de qué? ¿De quién?
-De mi...