sábado, 29 de mayo de 2010

Ya sé como eres



La noche había cubierto con su manto de luto la ciudad desde hacía un buen rato. Mis amigos y yo platicabamos animadamente cuando, recortada contra el oscuro marco nocturno, surgió la divina aparición.

Caminando hacía nosotros, una linda niña de ojos café, rostro ovalado, labios delgados y espectacular belleza. Una chica de esas que es imposible dejar de notar, incluso en una multitud.

Para mi sorpresa, la chamaca llegó directamente a saludar a uno de mis camaradas.

Como discreto caballero que soy, mi reacción natural fue no poder cerrar la boca durante varios segundos, pero una vez pasada la sorpresa y tragada la saliva, haciendo un esfuerzo por disimular, continué conversando como si nada, no sin antes poner a uno de mis interlocutores entre la muchachita y yo, para poder observarla descaradamente.

El fresco viento de Septiembre agitaba la rubia cabellera, volviendo su imagen aún más bella, etérea, angelical...

No pude aguantar más. Encaminé mis pasos hacía mi amigo, el que conocía a la chica, aprovechando que ella estaba haciendo una llamada por teléfono celular.


-Oye José, que guapa está tu amiga.
-Claro. Por eso es mi amiga.
-¿Me la presentas?
-¡Ni madres!


Esa reacción de él me tomó por sorpresa. ¿Desde cuándo querer conocer a una chica hermosa y saber su nombre es tan malo?


-Ah cabrón, y eso, ¿por qué?
-Porque ya sé como eres.



Eso me molestó. ¿A qué diablos se referiría ese buei?


-¿Y cómo soy?
-Pues así como eres tú.


Pinche respuesta. No me arrojó ninguna luz. Lo único que se me ocurrió pensar es que ese cabrón era un envidioso.


-Está bien. Entonces sólo háblale bien de mí, para que cuando llegue yo a presentarme la pueda invitar al cine o algo...
-¡Ja!
-¿Qué?
-No sale contigo.


Siempre he dudado de las afirmaciones categóricas y José, conociéndome, debería saber que lo que acababa de decir era para mí una provocación. Y eso de las provocaciones, eso de los retos, me encanta...


-¿Ah no? ¿Y por qué?
-Nomás.


Dentro de mi cabeza, esa peligrosa voz que me ha metido en tantos problemas y no me deja en paz: No me la presentes... Sólo déjame hablar con ella cinco minutos.

No tardó mucho en presentarse la oportunidad, me acerqué a ella y le sonreí.


-¡Hola! ¿Hace mucho que conoces a José?
-No mucho, pero algo... Es buena onda.


Internamente y en tono sarcástico dije para mí: Si, de hecho. Muy buena onda...


-¿Dónde lo conociste?
-Ahí por mi casa... Es como un hermano para mí.


Ja. Como un hermano y se pone así de celoso. Que incestuoso, jejeje...


-¿Y a que te dedicas?
-Soy estudiante de gastronomía.


Mis ojos fijos en los suyos, mirándola intensamente. A esa distancia podía apreciar con más detalle su pálida belleza. Incluso lograba distinguir las pecas que cubrían graciosamente la pequeña nariz. Volví a sonreír y ella correspondió a la sonrisa.


-Orale que padre. A mi me gusta cocinar pero todavía hay varias cosas para las que soy muy malo. Tal vez algún día me puedas dar unas clases, ¿qué dices?
-Claro, cuando gustes.


Cómo ya lo he mencionado en alguna ocasión, las cosas deben ser intentadas. ¿Qué es lo peor que puede pasar al invitar a salir a una chica hermosa? Que nos mande mucho al diablo. Y a mi me habían mandado tantas veces, que un rechazo más no haría gran diferencia...

Pero primero lo primero. Tenía que hacer mi movimiento...


-Por cierto, ¿qué tienes que hacer este Sábado en la tarde?
-Nada, ¿por?
-Me gustaría invitarte al cine.
-¡Genial! Acepto, pero con una condición...
-¿Cuál?
-Saliendo del cine yo te invito un café.


Todo resultó mejor de lo esperado. Ya tengo plan para el fin de semana, pensé. Así que respondí...


-Perfecto. Nos vemos a las cinco y media.


Finalmente voltee a ver a mi amigo quien, aunque algo alejado, no perdió detalle de la conversación. Le sonreí ampliamente y levanté el pulgar de mi mano derecha hacièndole notar mi victoria. Le vi sacudir la cabeza en señal de franca desaprobación mientras me despedía de Paola con un beso en la tersa y sonrosada mejilla...


Touché.





¡Salud!





martes, 25 de mayo de 2010

Ojos



-Me encantan tus ojos.
-¿Ah si? ¿Y por qué?
-No lo sé... Son lindos. Son tan... claros.
-Deberías verme llorar con ellos... Es cuando más lucen.

sábado, 22 de mayo de 2010

Hazañas panboleras



El sol de mediodía caía a plomo sobre el árido campo de futbol de la escuela y ni una solo nube aparecía en el cielo, pero eso no importaba.

Sobre la cancha, ya estaban listos los dos equipos rivales. En primera instancia, el equipo campeón del torneo anterior, llamado Los Pelos. Poderosa escuadra que había ganado todos los encuentros previos al que estaba a punto de ser disputado.

Del otro lado, nosotros, que habíamos nombrado a nuestro equipo como el Real Madrid SA, haciendo alusión a los pocos juegos que esperábamos ganar, los cuales, para esas instancias del torneo llegaban a la fabulosa cantidad de un redondeado cero.

Los momios se encontraban 10 a 1, y, fuera del polvoso escenario donde se desarrollaría el encuentro, los curiosos, los que esperaban ver que nos masacraran, las novias de los jugadores de Los Pelos y nuestras compañeras del salón. Fieles espectadoras en nuestras derrotas.


Yo conocía muy bien el estilo de juego de Los Pelos. Sabía de su toque, de su elegante juego en conjunto, de la potencia de sus jugadores y de la despiadada goliza de que podíamos ser objeto.

Nosotros sólo jugábamos por divertirnos, no éramos organizados, muchos no entendían la posición que jugaban, nuestro portero era un loco fanático de la serie de los caballeros del zodiaco que solía esperar los disparos rivales en posición de dametufuerzapegaso... En resumidas cuentas, un clásico encuentro de David contra Goliat, sólo que éste David había dejado olvidada la resortera en la otra túnica...

En una jugada fortuita, tiro de esquina por la punta derecha, el balón le pegó al Estupidín entre oreja, cachete y trompa [se me antojaron unos tacos jejeje...], y se fue al fondo de las redes.

Inverosímil, increíble, inaudito: el peor equipo del torneo le estaba pegando un gol por cero a los mejores jugadores de la escuela, que para colmo, eran de primer año y por tanto más jóvenes y más rápidos que nosotros.

Por lo mismo, el gusto nos duró muy poco y antes de terminar el primer tiempo, nos empataron con un tiro libre muy bien cobrado. Al empezar el segundo lapso, un error de nuestro portero les dio la ventaja en el tanteador.

Cómo lo he dicho en otras ocasiones, a veces lo único que hace falta es intentar... y las cosas simplemente resultan.

En jugada que armamos por la derecha, recibo un excelente pase de El Lobo, estupendo jugador y gran amigo, que tenía el enorme defecto de irle al América. Al intentar yo mandar un centro al otro lado de la portería y gracias a la ayuda del viento, el balón terminó por caer dentro de la portería. Así nada más. Casi sin querer. Empate a dos.

A cinco minutos del final Los Pelos no podían creer que no estuvieran ganando y nosotros no dábamos crédito a lo que sucedía. En ese desconcierto, el lobo me pasó el balón esta vez por el centro, cargado un poco hacia el lado izquierdo.

Yo estaba sólo y sabía que podía tirar. Sentí como el tiempo parecía detenerse y escuchaba dentro de mi cabeza una voz que decía Confianza... Confianza...

Las dudas usuales también acudían en tropel a mi mente: Si tiraba desde esa distancia, podía fallar, la pierna izquierda no la usaba ni para subirme al camión y me arriesgaba al ridículo, pero la pelota estaba en juego, venía hacía esa pierna precisamente y yo sólo tenía una opción.

Me armé de convicción, decidí creer, tiré con la pierna zurda y...


-Señor, señor... Despierte.
-No manches cantinero, me despiertas en lo mero interesante...
-Usted disculpe, pero es que son las cuatro de la mañana y ya vamos a cerrar.
-Me lleva el diablo, y ahora ¿cómo voy a saber si metí gol?


Voy a tener que volver a ponerme briago mañana. Ni modo. Todo sea por conocer el final de la historia...

¡Salud!

sábado, 15 de mayo de 2010

Aprender




A medida que vamos avanzando por este sinuoso camino que llamamos vida, se van sucediendo personas y situaciones que le agregan a nuestra existencia un toque especial, ya sea divertido, dramático, o totalmente serio.

En mi caso, las personas que más cariñosamente recuerdo son aquellas que han aportado algo a mi crecimiento humano, es decir, todos aquellos personajes que me han enseñado algo.

Y es que, en definitiva, no todo lo aprendido se obtiene en la escuela. Además de los maestros, aprendemos de los amigos, de la familia, de las parejas sentimentales y hasta de los compañeros de trabajo.

Casualmente, a la persona que más cosas le aprendí, no fue a un profesor, sino a mi jefe, el buen Nicopérez que tuvo que adelantarse a otro curso en distinto plano existencial, pero que ya lo alcanzaré. Eso es seguro.

Él nunca me dio una clase como tal. No se sentaba detrás de un escritorio a tomar la lista y a revisar manuscritos. Claro que de niño me ayudaba con mis tareas, pero las cosas que el me enseñó fueron a partir del ejemplo. De la congruencia de ser una persona íntegra. Eso se agradece, créanme.

Tuve además la enorme fortuna de tener excelentes docentes a lo largo de mi formación académica. Cómo no recordar a la maestra Chela que me enseñó ortografía, al maestro Ramiro que me hizo conocer el maravilloso mundo de los libros y que nos obligó a escribir a mi y a mis otros 5 camaradas, por primera vez para un público. Y qué decir de la maestra Justina que un buen día me reprobó, así, sin más, sólo porque según ella, yo necesitaba reprobar. Lo curioso es que años después, me di cuenta que ella tenía razón.

Luego en la prepa el profe Ramón, al que le aprendí que la docencia y la bohemia no son cosas que deban estar separadas necesariamente. Mención aparte merece la maestra Lupita de mate, de quien hablaré en otro post, a la cual, mis compañeros y yo le agradecemos todo eso que nos enseñó, aunque jamás aprendiéramos nada... Je.

En cuestiones académicas, siempre hay alguna materia que se nos complica más que otra. En cuanto a mí, soy una piedra para todo lo que tenga que ver con fórmulas químicas. Las únicas sustancias que se combinar son el tequila con el refresco de toronja. Pero el maestro Juanito del tec hacía que todo pareciera sencillo. De la misma manera, cómo olvidar la pasión con que daban sus clases el profe Cristóbal o la maestra Pera.

Del otro lado de la moneda están los profes que parece que nacieron odiando a sus alumnos y que su única y sagrada misión en esta tierra era hacernos sufrir. Pero incluso ellos, tienen su valor. A mi me sirven de mal ejemplo.

Tipos como Ricardo Verduzco, Abad Murillo, El ronco, o el de conta al que le decíamos el diablo, me daban los suficientes motivos para pensar que cuando yo fuera profe, no quería ser como ellos. Pero incluso eso es aprendizaje, ¿no?

Sin embargo, como lo mencioné al principio, no todo se aprende en la escuela ni en un salón de clases.

Es como el día que fui a rehabilitación para lo de mi codo. En el módulo contiguo estaba un señor al cual le habían amputado una pierna, pero con una actitud ante la vida tan agradable y energética, que lo que menos notaba uno, era precisamente esa pérdida.

Es difícil no pensar en todas aquellas personas que tienen problemas más simples y que se derrumban, que se ahogan en un vaso de agua...

Ese día salí de la rehabilitación más motivado que de costumbre.

Ya lo decía el buen Benjamín Franklin: Todos los hombres que conozco son superiores a mí en algún sentido. Y en ese sentido, aprendo de ellos...

Por todas aquellas personas que voluntaria o involuntariamente han sido mis maestros...

¡Salud!


sábado, 8 de mayo de 2010

Bien, ¡pero muy bien!


Iba yo muy contento, caminando rumbo al trabajo, cuando me intercepta uno de esos personajes que se vuelven cotidianos, parte del ambiente urbano de una ciudad como ésta. Es un viejito barbón que vende cocos en una bicicleta.

Sin decir agua va, sin advertirme siquiera, me dice:


-¡Orale!, estás igualito al presidente...


Tomó su bicicleta y se fue sonriendo. Ese viejito siempre va sonriendo.

Obviamente yo me quedé pasmado, indignado por la vejación de que acababa de ser objeto. ¡Que partida de madre me puso ese cabrón!

[Nota mental: cambiar de lentes, unos totalmente diferentes y volver a dejarme crecer la greña...].

Hubiese preferido que me dijera que me parezco a Paquita la del Barrio, demonios...


Yo, mis queridos lectores, soy un tipo común y corriente [en ocasiones, más corriente que común]. No soy un experto en economía ni en política, no entiendo de variables macroeconómicas ni de índices de cotización.

Lo único que sé es lo que sucede a mi alrededor, lo que comentan mis allegados, lo que platico con el taxista, lo que cuentan mis amigos en el bar.

Debido a mi escéptica naturaleza, ni siquiera creo todo lo que aparece en las noticias del periódico o la televisión, pero sé que una de las víctimas civiles de reciente atentado era buen amigo del papá de uno de mis camaradas, que las sirenas no dejan de sonar por las noches, que la gente que abre nuevos negocios no quiere brindar servicio muy tarde porque corren el riesgo de que se les aparezca La familia, y sé además, que las materias primas para preparar la comida en casa, mi casa, ahora son más caras.

Afortunada o desafortunadamente, somos un pueblo que encuentra el humor en cúalquier parte, y la situación que vivimos no es la excepción.

Recibí esto por correo electrónico, referente a Michoacán, aunque también me ha llegado con alusión al estado de Morelos y, tristemente, se podría aplicar a muchos otros, si no es que a todo el país...

Juzguen ustedes mismos:


VIAJE A MICHOACÁN... UNA EXPERIENCIA ÚNICA

Amigo turista, el Gobierno del Estado, en coordinación con el Gobierno Federal presenta inmejorable opción para conocer nuestra ciudad a precios realmente accesibles y para vivir una experiencia inolvidable ¡DESCÚBRELO!

PAQUETE TURÍSTICO


Actividades:


12:00 p.m.- Practica de tiro y lanzamiento de granadas.

Ubicación: Será en las colonias 3 Puentes, Manantiales, Villa Universidad, Centro y la Soledad. Se Incluyen como blancos adicionales, varios hoteles y moteles de la ciudad.


2:00 p.m.- Participación en una escena de secuestro.

Ubicación: en La avenida Camelinas, frente a AURRERA. 100% real.


3:00 p.m.- Actividad recreativa: "Buscar al encobijado"

El ganador recibirá una comida gratis en el Restaurant La Troje (Atrás de La Paloma. Balacera incluida).


4:00 p.m.- Actividad Instruccional: 'Arranca el cajero'

Ubicación: Aún por definir.

Incluye herramientas de trabajo, pick-up con chofer encapuchado e instructivo.


6:00 p.m.-Actividad Deportiva: "Huye de las balas"

100% aeróbica, incluye persecución a pie por las Calles del Centro.


7:00 p.m. Enfrentamiento.

Viva la indescriptible sensacion de encontrarse en medio de una tupida balacera entre grupos de sicarios rivales:

Chapos contra Familia Michoacana o Familia Michoacana contra Zetas o Zetas contra Chapos.

Si sale vivo se le premiará con un pastel de Marussi la mejor pastelería de la ciudad.


8:00 p.m.- Traslado completamente gratuito de Morelia, Michoacán, a Lázaro Cárdenas, con paradas turisticas en Uruapan y Apatzingán.

Viva la mágica experiencia de viajar en la cajuela de un vehículo conducido por Sicarios (no se requiere visa).


Con la compra del paquete 'Recorre lo Más Visto' también recibirás:


  • Calcomanía para el carro simulando un balazo con la leyenda YO ESTUVE EN MICHOACÁN (existencias limitadas).
  • Un ladrillo con bala incrustada en chapa de oro (uno por familia, sujeto a disponibilidad)
  • Un llavero con los casquillos de colección de la última balacera.
  • Un Comprobante de haber corrompido a alguna autoridad local y firmado por el Gobernador.

El recorrido será a bordo de una cómoda Pick Up blindada y completamente equipada de Gobierno del Estado, además contaremos con edecanes vestidas con uniformes de GOES para responder a cualquiera de sus dudas durante su visita.


Informes y reservaciones:


Se aceptan todas las tarjetas de crédito, dólares de Cheng Li Ye Gon, dinero bueno, malo, del narco, lavadito o como venga.


Anímate es tu única oportunidad para conocer el maravilloso estado de Michoacán, porque Michoacán trabaja...



-Oye Borracho, no habían dicho que a Michoacán le iba a ir bien...
-Claro.
-¿Y luego?
-Pues nos está yendo bien, ¿o no?
-¿Bien?
-¡Bien de la chingada!




sábado, 1 de mayo de 2010

Vender el alma


"¿De qué sirve ser rico?"
El Principito.




¿Qué es lo primero que te viene a la mente cuando alguien menciona al diablo?

En mi caso, no puedo evitar el recuerdo de la riquísima Elizabeth Hurley haciéndole maldades al personaje de Brendan Fraser en la película Al diablo con el diablo [Bedazzled].






No sé si sea por mi fascinación por el color rojo, pero me encanta... La película, claro.

Para los que no la vieron -si es que hay alguien-, es la historia de un tipo que desea algo que aparentemente no puede tener y cada vez que se acerca a la realización de su deseo, se va dando cuenta de que siempre falta algo... Siempre.

Los seres humanos somos muy tendientes a cifrar nuestra felicidad en cosas materiales o que se pueden comprar con dinero. Que si tener un carro, una casa, ropa moderna o los zapatos que anuncia Juandelaspitas en la televisión. Casi nunca le damos importancia a esas cosas gratuitas que la vida proporciona como un atardecer, el aroma de las flores o un beso bajo la lluvia...

El asunto es que cuando logras obtener algo, querrás algo más y, obviamente, nunca podrás tener todo lo que quieres. La felicidad no está en algo que se pueda comprar ni tampoco en tener a tu lado a una persona. De hecho la felicidad reside en uno mismo y la reconstruyes cada día.

Ustedes disculparán que hoy me ponga tan filosófico, pero resulta que ayer fue una de esas tardes en que uno necesita pensar, estar a solas con el silencio para poder tomar decisiones.

Así que me encaminé a mi santuario y solicité el néctar apropiado e inspirador...


-Una michelada cubana, por favor. Cerveza oscura...


Mientras el rasposo y refrescante elixir iba fluyendo por mi garganta, me puse a pensar en la tentadora oferta que se me hizo en días recientes.

Como mencioné antes, recordé que la vida es un continuo tomar de decisiones. El camino que sigues al trabajo o la escuela, la carrera que estudias, tequila, charanda o cerveza [Odio el brandy, guácala...], tacos o pizza, clara u oscura, PUMAS o Chivas, rubias o morenas, cúcara, mácara, títere fue...

En ocasiones, dichas decisiones se vuelven realmente trascendentes porque afectarán o modificarán de manera sustancial nuestro estilo de vida, hábitos, lugar de residencia o estado civil.

Cuando uno empieza a jugar al adulto responsable, por ejemplo, y se va adentrando al mundo laboral, una búsqueda contínua es la mejora económica, con todas las ventajas que esto representa. Es [la mayoría cree que es] muy importante ganar mucho dinero. Y eso es precisamente lo que se me ofrece.

Lo único que se me pide es vender el alma.

Simplemente tendría que renunciar a las ocasionales idas al cine los miércoles de 2 x 1, al café en compañía de una linda niña de agradable conversación, a esas caminatas por las calles de la colonial ciudad donde vivo, a tirarme sobre el césped a ver como las nubes se diluyen sobre un infinito oceano azul, adquiriendo caprichosas formas, a las noches bohemias de los jueves, a las chelas con los amigos durante el fin de semana, a la cascarita dominical y, probablemente, al tiempo que le dedico al Blog...



Mi decisión está tomada.



Ustedes, mis queridos lectores y lectoras, ¿Qué harían?



¡Salud!