miércoles, 30 de septiembre de 2009

Necesito cantar


Abro el estuche de la guitarra y aspiro profundamente. Amo ese dulce olor, mezcla de madera y barniz.

La olfateo suavemente y la coloco con delicadeza sobre mis piernas. Recuerdo que mi jefe una vez me dijo que la trataba como a una mujer... No hay duda que se parecen.

Y no lo digo solamente por la forma femenina del instrumento. También me refiero a que, al igual que con las mujeres, debe existir un vínculo, una química que, como ejecutor, te permita obtener lo que buscas... Al tocarla suavemente, te dará música armoniosa. Si la tocas de manera brusca, si no entiendes tu instrumento, entonces no sabrás que esperar...

Hoy tengo ganas de cantar. Necesito cantar...

Me pregunto si estoy enfermo. Siento una opresión aquí en el pecho, cerca del esternón, cargado hacia el lado izquierdo.

Necesito cantar.

Coloco los dedos sobre las cuerdas y dejo que de manera automática, casi inconsciente, se sucedan los acordes... Como en un trance.

Si... Me hará bien cantar.

Guitarra, mi cómplice, mi amiga. Solo tú sabes realmente como me siento en este instante... Mi confesora, mi desahogo; la puerta de entrada al mundo de ese otro que soy yo... Mi conciencia, mi medicina: Tú me harás sentir mejor.

Oigo mi propia voz como un una voz ajena.

No, no estoy borracho. No hay sustancias etílicas en mi sistema. Mi embriaguez se debe a otra cosa...

Por alguna extraña razón, viene a mi mente una frase que le escuché al Armando Palomas:

El corazón no sabe mentir, yo sí... Me siento de la chingada. Pregúntame cómo...

Y sigo cantando:


¿Con qué derecho me quitas el sueño?
¿Con qué derecho te me vas metiendo?
Dime con qué derecho
tocas mi lado izquierdo.

La cosa eran unos cuantos besos,
calmar las ganas y perdernos luego...
Pero mis sentimientos
confundieron el juego.

Y, contra los pronósticos, estás aquí,
en mi cabeza atravesada;
y contra los pronósticos estoy aquí,
dándole besos a tu fantasma.

¿Quién te dio permiso
de aterrizar sobre la nube que piso?
¿Quién te dio permiso
para quedarte a dormir,
para quedarte a vivir,
en cada parte de todo mi edificio?

Mi corazón está temblando de miedo
y él no tenía vela en el entierro;
pero, sin darse cuenta,
se involucró en el juego.

Este boleto no tenía regreso
aunque llegaramos bastante lejos;
pero mis sentimientos
violaron el acuerdo.

Y contra los pronósticos estás aquí
en mi garganta atravesada;
y contra los pronósticos estoy aquí
bebiendo vino con tu fantasma.

¿Quién te dio permiso
de aterrizar sobre la nube que piso?

¿Quién te dio permiso
para quedarte a dormir,
para quedarte a vivir,
en cada parte de todo mi edificio?

Dime quién te dio permiso de entrar así,
sin yo saber nada de ti...

Dime ¿quién te dio permiso
de aterrizar sobre la nube que piso?
¿Quién te dio permiso
para quedarte a dormir,
para quedarte a vivir,
en cada parte de todo mi edificio?


Si... Me siento un poco mejor...
¡Salud!




PD.- Esa canción es de Raúl Ornelas y se llama precisamente así: ¿Quién te dio permiso?


sábado, 26 de septiembre de 2009

Solito


Hoy es jueves 13 de Agosto. Son las nueve de la noche.

Siento el ticket dentro de la bolsa trasera de los jeans y no puedo evitar sentirme un poco molesto.

Lo sostengo en la mano izquierda. Es una cortesía para el cine que me financió mi carnal el menor. Sí, como todo lo bueno en la vida, llegó a mi gratis. El único problema, es que vence hoy.

Cortesía para una sola persona. Demonios...

La verdad, no me agrada la idea de ir sólo al cine... Jamás lo he hecho. Prefiero tener a alguien a mi lado con quien comentar la pelicula. De preferencia una chica con quien compartir nachos, refresco... y lo que se pueda. Pero, ¿a quién le llamo?

A ver, repasemos:

M, está ocupada y m tiene novio, muy grandote por cierto, que amablemente me solicitó, de la manera más atenta, dejara de salir con su novia mientras anduvieran juntos. LE está muy lejos y también tiene novio, pero él no me preocupa. W también está hasta la punta del cerro y b me mandó mucho al diablo. Literalmente, me dijo que no la volviera a buscar. X está muy cansada y P me da mucha hueva. Podría intentar con MP, pero no me contesta los mensajes desde que le pasé su número a un amigo que también le trae ganas. J tiene exámen mañana y no creo que Y pueda venir... Tal vez C... No mejor no... Siempre me reclama que sea mi última opción.

Aparte de todo, ya es tardísimo... Y cruza por mi mente la posibilidad de dejar perder la cortesía.

¡Pero no! Las cosas gratis hay que aprovecharlas. Como dice un amigo: gratis, hasta las puñaladas. Además, ya ando en la calle, así que me lanzo tendido como bandido al cine más cercano...

¡Diablos! ya son las 10:30 y, según vi, la última función es a las 10:40.
Llego barriéndome y le pregunto a la chica si todavía alcanzo función... Dice que si.

-Disculpa, ¿todavía hay funciones?
-Si. A las 10:40. La maldición de las hermanas.
-Cámbiame esta cortesía entonces, por favor.
-Diez cuarenta. Sala cinco. Disfrute la función.


Llego a la puerta de acceso y no hay nadie que me reciba el boletito. Esto me da una idea que tal vez intente más adelante... De hecho podría colarme a cualquier otra película, pero bueno ya pagué por ésta.

Oh cierto, lo olvidé... No pagué nada.

La película cumple con lo que me gusta en las películas de éste estilo, es decir, sorprende. Aunque realmente me hace falta alguien con quien comentar mis tarugadas...


"¿Viste que la protagonista se parece a Lizeth?"
"Esa columna fracturada se ve un poco falsa, ¿no crees?"


Extraño que me pregunten las cosas obvias que van entretejiendo la historia y que se perdieron por estar poniéndose esa cosa brillosa en los labios o porque simplemente no entendieron la trama...


"¿Entonces se intentó suicidar?"
"¿Un fantasma puede hacer eso?"
"¿Las va a matar a las dos?"


Aunque siempre, lo más chido es cuando dicen:


"¡No quiero ver!"


Y puedes pasar el brazo disimuladamente por sus hombros, hacer como que cubres sus ojos para protegerla de esas malvadas imágenes que intentan asustarla y rozar sus labios con los tuyos, esperando una respuesta...


Ah que rico...

¡Salud!








jueves, 24 de septiembre de 2009

Complacencias


-Muchas gracias por sus aplausos, ¿alguna canción que quieran pedir?
-Oye, de pura casualidad, ¿te sabes Lolita?
-Uy compadre, creo que esa no la traigo en el repertorio. Pero déjame ver que puedo hacer... Orquesta Mondragón, ¿verdad?
-Creo que si... Es de Joaquín Sabina.
-Pues a ver como me sale, esta rola se llama...

Lolita


y dice así:


Llaman al timbre, salgo a mirar,
abro la puerta y estás ahí...
Dulce regalo que Satanás manda para mi.

Su asignatura quiero aprobar,
explíqueme otra vez la lección,
deme una clase particular,
señor profesor.

Lolita,
me excitas,
perversa piel de melocotón.

Lolita,
maldita,
adolescente sin corazón.

Bajo la falda de colegial,
cruzas las piernas con intención
y tu liguero me hace olvidar la lección.

Hoy no has venido y había francés,
vas a arruinar mi reputación.
Sobresaliente te puse ayer
en pasión.

Lolita,
me excitas,
perversa piel de melocotón.

Lolita,
maldita,
adolescente sin corazón.

Niña de fuego
con labios de mujer fatal.
Como se entere
de nuestros juegos
tu papá.

Lolita,
me excitas,
perversa piel de melocotón.

Lolita,
maldita,
adolescente sin corazón.
-Listo, compadre, ahí estuvo tu rola... ¡Salú!
-Chido, compa... ¡Salú!





sábado, 19 de septiembre de 2009

Coincidencias tan extrañas de la vida...


PRIMER ACTO

Al abrirse el telón, se ve un bar en penumbras. Suenan los primeros acordes de una canción conocida. Al fondo está sentado un tipo solitario en una de las mesas más cercanas al muro de cantera rosa. Pronto se le une una chica. Hermoso cabello negro. Su blanca piel parece brillar en la oscuridad.

Se escucha, lejana, la voz del trovador cuando comienza a cantar:


Soy vecino de este mundo por un rato
y hoy coincide que también tú estás aquí...
Coincidencias tan extrañas de la vida.
Tantos siglos, tantos mundos, tanto espacio
y coincidir
.


-¡Hola!
-Hola, ¿cómo estás?
-Bien, gracias... ¿Y los demás?
-Creí que llegarían contigo.
-Yo pensé que ya estarían aquí.
-Esperemos entonces. ¿Gustas algo de tomar?
-Claro, una cerveza igual que tú.


Sus ojos siguen siendo tan espectaculares como él los recordaba. Es muy notorio que ambos disfrutan enormidades de la compañía del otro. Mensaje entrante en el teléfono celular de él. Lo lee en silencio y luego dice:


-Dice Alberto que no va a poder llegar. Que espera que la pasemos bien de cualquier modo.


Llamada en el teléfono celular de ella. Hace intentos por oir algo, pero no lo logra.


-Permíteme un segundo. Ahora vuelvo. No puedo escuchar.
-Muy bien.


Si navego con la mente los espacios
o si quiero a mis ancestros retornar,
agobiado me detengo y no imagino
tantos siglos, tantos mundos, tanto espacio
y coincidir.

-Listo.
-¿Qué pasó?
-Era Lizeth. Dice que no va a venir. Problemas en su casa, creo.
-Mmm... que mal.
-Ni modo. ¿Cuéntame, cómo te ha ido?
-Muy bien. Con mucho trabajo, que es todo un logro en estos días, ¿y a ti?
-También, por fin pude entrar a estudiar lo que quería y que me ponía tan nerviosa.
-Sabía que lo lograrías... Siempre he confiado en ti.
-Lo sé... Gracias por eso.

Tenían algún tiempo sin verse. Desde que habían decidido seguir caminos separados sin desearlo... Circunstancias. Casi lograron pasar dos minutos sin hablar del tema...


-Es raro que estemos aquí, ¿no crees?
-¿Te refieres a que estamos en un bar a media luz, escuchando música romántica y tomando cerveza?
-Jajaja... Sí. A eso... y a qué habíamos prometido no vernos más.
-Sí... Es muy raro como esta noche las circunstancias nos colocaron en esta situación. No pensé que todos nos fueran a cancelar. Me hace recordar El Aquimista de Paulo Cohello...
-¿Qué parte?
-Donde dice: "cuando tienes un sueño, todo el universo conspira para que lo logres..." o algo así...
-¿Lo crees?
-Estamos aquí, ¿o no?
-Je... Cierto.
-Salud por eso...
-¡Salud! ¿Por qué?
-Por las coincidencias.
-¡Por las coincidencias entonces!


Si en la noche me entretengo en las estrellas
y capturo la que empieza a florecer,
la sostengo entre mis manos, mas me alarma
tantos siglos, tantos mundos, tanto espacio
y coincidir.

No podía dejar de mirarla. La simetría de su cara y esa pequeña boca roja, le hacían difícil no desear decirle lo hermosa que era. Esos rasgos felinos imposibles de ignorar...

Hubo un tiempo en que se declaró adicto a las Leo. Y ella era la mejor muestra. Le encantaba... y la había perdido. ¿O no?

Hora de averiguarlo.


-Aprovechando que el destino nos ha colocado juntos en el mismo lugar y a la misma hora, quiero preguntarte algo...
-¿Qué cosa?
-¿Qué es lo que más te gusta de estar conmigo?
-Mmm... Ya te lo he dicho: Tu sentido del humor, el cómo me tratas, lo bien que me hace sentir tu sola presencia... muchas cosas... ¿Por qué me lo preguntas?
-¿Recuerdas cuando nos despedimos?
-Si...
-¿El día que me preguntaste las razones por las que no podíamos estar juntos?
-Si...
-Pues bien, ahora yo quiero preguntar al revés.
-¿Cómo al revés?
-Simple. Dejaré de concentrarme en eso, en lo que hace dificil que suceda algo entre nosotros.
-¿Y entonces?
-Ahora quiero saber los pros. Quiero saber las razones por las que ... Quiero conocerte.
-¿Conocerme?
-Sí, para descubrir todo eso.
-Por eso me encantas. Eres el único que se preocupa por saber lo que pienso y cómo me siento... El único que se preocupa por esas cosas.


Si la vida se sostiene por instantes
y un instante es el momento de existir,
si tu vida es otro instante, no comprendo...
tantos siglos, tantos mundos, tanto espacio...
y coincidir.




La boca abierta en señal innequívoca de sorpresa. Y ese brillo en los ojos que él tanto amaba. La guitarra tocaba el último arpegio de la canción, y, en los labios de ambos, al unísono, una misma frase: "coincidencias tan extrañas de la vida..."




-No tienes idea de lo que esto significa para mi...
-Eso crees tú.
-No sé que decir.
-No digas nada, déjame disfrutar este momento, esta noche, estas coincidencias...
-¿Sabes? Me haces muy feliz.
-Y bien, ¿nos vamos?
-No. Ya estamos aquí y es muy temprano. Además, me la estoy pasando muy bien.
-¿Otra chela entonces?
-Si. Pero antes esto...



Y lo besó. Fue un beso tibio, largo, entregado... con sabor a cerveza.
Se apagan las luces y se cierra el telón.


FIN DEL PRIMER ACTO



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SEGUNDO ACTO



Escribiéndose en este preciso momento








Ah si, se me olvidaba, ¡Salud!






sábado, 12 de septiembre de 2009

Convocatoria




La Asociación de Hombres Unidos Enemigos de las Viejas Opresoras (AHUEVO, por sus siglas en inglés),


C O N V O C A


a todos sus misóginos miembros -fláccidos y activos-, a sumarse a la redacción de un documento que sirva como recordatorio, para todos aquellos que están o han estado a punto de caer en la demoniaca tentación de tener una novia oficial.

Es por eso, que la Sacrosanta Asociación que orgullosamente presido, tiene a bien proponer una lista de todas aquellas razones por las que las catedrales, siguen sin estar de moda, y han dejado su lugar a las múltiples capillitas.

Compañeros miembros, sientanse libres de escribir lo que gusten.

He dicho.



Y para poner el mal ejemplo, como siempre, comenzaré la lista:



101 Razones para NO tener novia oficial
  1. No tienes que fingir que te cae bien su madre.

  2. O sus hermanos.

  3. O su tía loca.

  4. No tienes que "cuidarte" de con quién te ven por la calle.

  5. No tienes la obligación de ir a fiestas dónde habrá pura gente que no conoces, familiares de ella.

  6. No es obligatorio soportar a la mascota (y menos, si es un gato feo, ¡ja!)

  7. No hay que dar explicaciones si llegaste tarde.

  8. Puedes voltear a ver a todas las mujeres que quieras.

  9. Nadie te obliga a ir a misa.

  10. Ni por el mandado.

  11. No hay quien te revise el celular buscando "esos" mensajes de "esas" mujeres.

  12. Por lo mismo, nadie te la hace de emoción por un mensaje que diga: "Estuviste genial. Que se repita", jajaja...

  13. Eres libre de olvidar fechas de cumpleaños.
Continúen, compañeros...

viernes, 11 de septiembre de 2009

¿Influencia?


Juro que me he contenido lo más posible. Hice un gran esfuerzo para tratar de no mencionar nada al respecto, pero no puedo resistir más.


Hace un par de semanas, poco más o menos, salió en la televisión la flamante lideresa de los maestros [maestra, se llama a si misma, ¡demionios!] mexicanos. Para no variar, la obró [para los no entendidos, la defecó, regó el tepache, no conectó el celebro con las ideas, la cagó, pues], y, perdónenme si sueno intolerante, pero cometió la estupidez de recomendar que se vacunara a los alumnos contra el virus de la "INFLUENCIA AHLNL" [A-HACHE-ELE-ENE-ELE].


¿Acaso esa señora, no sabe leer? ¿Será que tiene un montón de achichincles que le redactan sus discursos, mismos que no se toma la molestia de leer, al menos para poder distinguir un número [1] de una letra [L] ? ¿O sólo es idiota?


Sé que todos somos susceptibles de cometer errores, de eso no queda duda, pero, ¡caramba! esa tipa es quién supervisa a la gente que debe educar a los niños de este país: Mi México.


Si así están los altos mandos, ¿qué nos espera?


Afortunadamente, sé que no todos los profesores son así. Los hay que son y están comprometidos con sus alumnos y su país. Esa, hermanos, es la forma de ser patriota... Nada de pintarnos la cara de verde, blanco y rojo y dar vueltas por las avenidas o ir al ángel a celebrar que México le ganó a Honduras, a Costa Rica o a los Gabachos.


Cada quien desde su trinchera, haciendo su chamba, procurando sacar a este pobre México del hoyo en el que lo han dejado hundirse los malditos políticos...


Disculpen que este post no haya sido escrito de la manera a la que estaban acostumbrados, pero es que si da coraje... Y quería intentar ser patriota a mi manera, desde aquí, Desde la Barra, donde se reúnen mis amigos conmigo para olvidarnos de asuntos tan tristes y decepcionantes como ése. Aquí, dónde vienen cada sábado a reirse de mis pendejadas, para olvidarse un poco de la situación...


Ese día ni con la ayuda de una botella de tequila podía dormir, nada más de acordarme, me encabronaba más. Tuve hasta pesadillas. Me tranquilicé hasta que soñé que le caía un pinche diccionario gigante en la maceta...


Que alivio...


Bueno, ya... ¡Salud!




sábado, 5 de septiembre de 2009

Maryjane



-Hola.
-¡Hola, Maryjane!
-¿Cómo estás?
-Bien... ¿Y tú?
-También, gracias... Oye, la chica con la que estabas en el otro bar el día que nos vimos... ¿es tu novia?
-No...
-¿No? ¿Y todos esos besos?
-Je... Pues, ya ves...
-No manches, yo quiero un amigo así...
-[Falta de confianza...] De momento, no puede serlo... Tiene novio...
-¡No manches! Pero, ¿lo va a ser entonces?
-¿La verdad? Espero que sí... algún día...
-Y ¿Qué esperas?
-Que madure un poco más... Sólo un poquito más...
-¿No quieres regresar conmigo?
-¡Para nada! [Que hueva...] Y, disculpa que me retire, pero tengo una cita... Cuídate.
-Qué poca...
-Ay, pelirroja... Ni aguantas nada... Ahí pagas mi chela, ¿no? ¡Salud!