sábado, 27 de febrero de 2010

El octavo día



I

En el principio todo era oscuridad...

El Borracho comenzó entonces por separar el día de la noche, sin embargo, el decorado completamente minimalista en blanco y negro no le agradó del todo, por lo que se dío a la tarea de cambiar la configuración de color a unos cuantos milloncejos de colores más.

Con los colores obtenidos se puso a iluminar, como niño de kinder, dejando que su imaginación fluyera para pintar las transiciones entre noche y día.


Eligió la gama de rojos, dorados y naranjas para el ocaso y los azules y violáceos para darle color al amanecer. En colorear se le fue todo el día, entretenido como estaba en tal actividad.

Al final, vio lo que había hecho, y consideró que estaba chido. Le tomó una foto con su cámara digital para ponerlo en su hi5. Le dolía el cuello y la espalda de tanto colorear, así que se fue a descansar.


II

El Segundo día, repasó lo hecho el día anterior y sintió su obra incompleta. Según él, hacía falta algo de mayor belleza. Así que creó a la luna y a La Mujer.

A falta de costillas de las cuales echar mano, tomó un trozo de su propio corazón para colocarlo en la figura de arcilla y darle vida.

Dulce, suave, semejante a él, diferente, pero a la par complementaria. Compleja y misteriosa. Capaz de ser tímida y sensual, de dar todo y llorar por nada. Contradictoria y hermosa... Perfecta.

Tomó los colores usados el día anterior y pintó los ojos y el rubor de las mejillas, el cabello y los labios. Se esmeró.

A diferencia de los proyectos trabajados en otras ocasiones, leyó muy bien las especificaciones técnicas, aunque, de cualquier manera, terminó extraviando el manual del usuario.

Aún así, después de un arduo día de trabajo, de varias modificaciones y de un infinito número de versiones, se sintió satisfecho con lo realizado y se retiró a descansar.


III

Al amanecer del tercer día, volvió a tener la sensación de que hacía falta algo para complementar el trabajo del día anterior: La Mujer iba a necesitar adornos que enaltecieran su belleza.

Y, con esa idea en mente, creó las flores, el perfume y los espejos.

Vio entonces El Borracho que los espejos parecieron ser insuficientes para mostrarle a La Mujer los alcances de su propia belleza, por lo tanto, creó también la música, la poesía, la literatura y las demás artes para que, de esta manera, fuera posible describirla usando las palabras, las metáforas, los instrumentos, las canciones y los pinceles.

En determinado momento, sintió que a La Mujer, todo esto le resultaría poco todavía y se le ocurrió tomar entre sus manos las piedras preciosas del subsuelo, lanzarlas con fuerza contra la bóveda celeste y llamarles estrellas.

De ahí, alguien, eventualmente, las bajaría para Ella... Sin duda.

Al observar lo hecho ese día, se vio en uno de los espejos y se dijo a si mismo: mimismo, eres un chingón.

Y sin más, se fue a descansar con una sonrisa dibujada en los labios.


IV

El cuarto día El Borracho creó a la familia y a Los Amigos.

Dio a la familia el amor fraterno, el caldo de pollo, el calor de hogar y los funerales. Designó a una de las mujeres para que llevara el peso de mantener unidos los elementos de este pequeño sistema y decidió llamarle Madre. Ya de paso, agregó la capacidad del amor materno incondicional y el beso en la frente para las noches de lluvia y enfermedad.

En cuanto a Los Amigos, ni muchos, ni pocos. Los suficientes, los necesarios. Los dotó de la palabra de aliento para ser usada en los momentos difíciles, de la carcajada estruendosa, que repentinamente surge cuando Los Amigos están reunidos, del abrazo oportuno que llega en el momento justo en que el otro lo necesita y de la alegría, la humilde pero enriquecedora alegría de la amistad.


V

El quinto día, consciente de que el trabajo de días anteriores había sido complementario de un día hacía otro, simplemente sonrió, tomó sus herramientas y, con un gusto desbordado, comenzó a trabajar.

Se dio a la tarea de crear los bares, la cerveza, las micheladas, el tequila y el dominó.

Vio que el conjunto de lo realizado se llevaba de maravilla, una simbiosis perfecta como la del tequila con el limón, la cerveza con la botana o La Guayaba con La Tostada...

Así que dio por terminadas sus actividades de ese día y se fue a descansar.


VI

El sexto día inventó los fines de semana, las fiestas, las desveladas, las noches bohemias, las tertulias y las serenatas. Los tacos al pastor, las enchiladas, el pozole, las corundas, el Boing de guayaba y la Coca-Cola. Los chocolates, las hamburguesas, los nachos con queso, las tortillas con sal, la televisión, los cómics y el cine.

Se emborrachó de manera épica con Los Amigos y lloró por causa de La Mujer. Ya no se acordaba si lo que había hecho estuvo chido, ni si había guardado una copia de seguridad de su proyecto, pero como no podía mantener los ojos abiertos, tambaleándose y todo, se fue a descansar.


VII

El séptimo día se levantó tarde. Le dolía la cabeza, le molestaba la luz brillante [como a Los Gremlins] y no soportaba los ruidos fuertes. Aprovechó entonces para crear el alka-seltzer, la aspirina, el menudo, el vuelvealavida y los chilaquiles picosos. Los tacos de birria y el consomé con cebolla, cilantro y chile verde.

Ya más tranquilo inventó el fut bol y los paseos en el parque, las albercas y el mar. Los cocos con ginebra y las películas en video. Las camas para dormir y las camas para lo demás y, ya encarrerado, de pasada creó el Internet.

Terminó temprano. El trabajo realizado le complació y, muy contento, se fue a descansar.


VIII

El octavo día El Borracho abandonó el cielo: el mundo estaba listo para él...




Salud.




sábado, 20 de febrero de 2010

Paradójico


Si me quedo callado,
no pienses
que me haya quedado sin palabras;
recuerda que dice más, en un instante,
la intensidad de un cruce de miradas.


Si me tomas del brazo
y me sonríes,
yo no te pensaré cansada.
A la sombra del árbol,
y a mi lado,
te sentirás segura, protegida...
y no te asustará ya nada.


Si te muerdo los labios...
Sí.
Adivinas...
Es que muero por besar tu espalda...


sábado, 13 de febrero de 2010

Día del amor

-Sr. Borracho...

-Sí, dígame...

-Dice la señorita de la mesa 7 que si puede tocar una canción romántica por lo del día del amor...





¡Hostia!

¿Día del amor? ¿Día del amor? ¡Día de la publicidad querrás decir! O, como dice Anita, día de la psicosis colectiva.

Podré parecer incoherente, pero contra el amor en sí, no tengo nada. El pedo es con toda la parafernalia que surge en estos días y contra los pobres incautos cautivos de la misma.

Primera pregunta: ¿Un día del amor?

Y los otros días, ¿son pendejos o qué? Si no es el 14 de Febrero, ¿no puedes dar amor? Si es por ejemplo, 29 de Diciembre, ¿no puedo regalar una rosa? ¿Y si me da la pinche gana, qué?

Segunda pregunta: ¿Cena en un lugar especial?

Es decir, un restaurante donde, si llegas con tenis, el güey que está a la entrada te ve arrugando la nariz, cómo si fueras un apestoso que no se ha bañado en dos años. Además la comida es cara y no llena. En caso de ser rica, es mucho más cara. Y si es 14 de febrero...¡cobran aún más!

¿Y si yo quiero invitar a mi vieja a los tacos? Ahora bien, si en los tacos se me sale decirle que la quiero, ¿ese te quiero valió madre porque no contó con la atmósfera adecuada?

La atmósfera la hace uno, con las palabras precisas, con el trato correcto hacia la reina que está con nosotros en ese momento... ¿Para qué esas chupadas del champán y los restaurantes caros? Prueben un día un cruzadito de boing de guayaba en la fonda de la esquina y después me cuentan, o, en su defecto, con un taco al pastor escurriendo de salsa verde.

Ya lo dijo la Julieta de Chikaspeare: Una rosa con otro nombre seguirá oliendo igual...

Tercera pregunta: ¿Globos, regalos?

¿Sólo ese día? ¿Y los otros 364 no se merece nada la pareja, el amigo, el hermano, la amante, o -disculpame señor de los cielos por lo que voy a decir- la suegra? ¿Por qué esperar entonces a que los medios estupidizantes digan compra esto, es para el día del amor?

Es acaso que, ¿si no tienes dinero, no puedes dar amor?

Pareciera ser esa la idea generalizada y, sucede entonces que ahí va el cabrón por la calle real, cargando un pinche oso de peluche tamaño natural que jamás cabrá en el carro y mucho menos en el transporte público, pero, como es el día del amor, no le importa hacer el ridículo.

Hacer el ridículo...

Yo canto caminando por la calle, y cuando estoy a gusto con una chica, lo hago también. Regalo flores fuera del día del consumismo y abrazo a la gente que estimo cuando se me viene en gana...

Sí... Soy un ridículo.

Pero como el público manda y yo soy como Chente, mientras no me dejen de llenar el tarro, yo no dejaré de cantar...

Esta canción es del gran poeta y compositor hidrocálido, Don Armando Palomas. Viene en su disco Burdel de la Soledad y se intitula

El amor descansa [En un jacuzzi]

El amor no es tan buena persona,

el amor es primo de una prima lejana,

el amor no tiene corazones,

el amor es un arma letal.




El amor es un cerdo que escupe

y vomita en tu página güeb,

el amor para quien me pregunte

tiene espinas en toda la piel.




Se disfraza de un angel que tiene

una flecha y un arco con él,

se la pasa cagando todo el dia encuerado

y te canta como Luis Miguel.




El amor es un puerco enfadado

y te puede pegar la enculéz,

el amor siempre te está esperando

pa' morderte en el cuello otra vez.




Y el amor que más jode y destruye

es el de la primerita vez,

pero hay uno al que el diablo le huye

es el que dura hasta la vejez...




Es el rey de la justa mentira,

el amor solo quiere llevarte a la cama,

es un hijo de puta que mira,

te apendeja, te absorbe, da topes y mama.




Se vale de algunas canciones

para poder matar a alguien más

y en las guitarras y diapasones

se convierte en cantante de bar:

sentado y casi a oscuras, tocando el piano... hasta el final.










Jajaja... Es de amor, ¿o no?


¡Salud, por todos los que odiamos San Valentín!


sábado, 6 de febrero de 2010

Lagunas mentales




Los caballeros no tenemos...

............................................No tenemos...

....................................................................¿Qué?



Ah chingá... ¡Ya se me olvidó!



¿Y mi chela?

.......................¿Quién agarró mi chela?

...............................................................Cabrones...