Voy a besarte, te lo advierto.
Voy a besarte como nunca y como a nadie,
como si lo que hay entre nosotros fuera cierto.
Voy a besarte como un loco,
con desesperación, con impaciencia,
y me regocijaré al ver en tu semblante
la explosión de sensaciones que provoco.
Voy a besarte con violencia,
con esa furia que tan bien conoces;
con la pasión que desata tu demencia
y se alimenta de perversos roces.
Voy a besarte con total descaro,
frente a la gente y sus gastados juicios:
todos aquellos que no tienen claro
cuánto gozamos nuestros sucios vicios.
Voy a besarte, amor, hasta que duela
y se desborde el manantial de tu deseo,
y la pasión entre los dos forme una estela
y el día se vuelva noche nuevamente,
cuando la luna me sorprenda en nuestro lecho
besándote otra vez como un demente.