viernes, 20 de noviembre de 2009
Ah, pos si...
sábado, 14 de noviembre de 2009
Enfermo
sábado, 7 de noviembre de 2009
Odio los antros
-Señor Juez, que quede asentado en el acta, que, de manera oficial y definitiva: Odio los pinches antros.
La primera vez que fui, se llamaban discotecas. En ese tiempo tenía, creo, unos 16 años y, la verdad, nunca me pareció la gran cosa. Pero ahora que volví a pararme en un lugar de esos, lo puedo confirmar: odio esas madres.
Luego el escándalo. No entiendes ni madres de lo que te dicen los que están contigo... o la chava con la que quieres ligar. No se oye nada. Y a veces, la música ni siquiera es tan buena.
-¡Hola!
-¿Qué?
-¡Hola! ¿Cómo estás?
-¿Qué?
-¿Cómo te llamas?
-¿Qué?
-¿Que cómo te llamas? ¿Vienes sola?
-¿Qué?
-Que eres una pinche zorra...
-Si... no inventes, está genial, ¡me encanta esta rola!
-¿...?
Luego los precios... ¡Es carísimo! con lo que cuesta una botella de tequila o de brandy de marca regular, me pondría briago cuatro veces en el bar. El mesero no te lleva una carta, por lo tanto, no puedes estar seguro de que los costos que él te dice sean los verdaderos. Insisto, cuatro veces pedo en el bar, con el mismo presupuesto, eso sin contar, lo agradable del ambiente, el poder platicar con tu compañera o poder disfrutar la música a un volumen más decente, o, al menos, no tan indecente.
¿Y el servicio? ¿Y el servicio? Otro punto para el bar. Aparte de que ya soy cliente, jejeje... pero, aún así, el servicio es mucho mejor...
Todo esto me viene a la mente mientras espero que el maldito mesero regrese con el cambio. Ya me quiero ir... pero estoy disfrutando del paisaje.
Válgame el señor... creo que esto es lo único que vale la pena en los antros: ¡que hermosura de mujeres! ¡Wao!
-Oye, me disculpo por irme tan temprano, pero tengo algunas cosas que hacer todavía. No se te olvide pedir la botella de tequila de 375 ml que viene de promoción con la que compramos, pero dice el mesero que la tenemos que pedir hasta el final (pinche mesero...)
-Ok, pero esa mejor nos la tomamos tú y yo... solos.
-[Ups, eso no me lo esperaba] Claro, corazón... cuando tú quieras.
Parece que a final de cuentas, no estuvo tan mal... Ya no los odio tanto.
domingo, 1 de noviembre de 2009
Día de muertos
Como botón de muestra, en mi país, México, se cree que este día las personas que han fallecido y habitan el otro mundo, tienen permiso de venir a visitar a sus familiares. Sólo hoy.
¿No es interesante? Pensar que un día al año y después de un largo viaje (no hay vuelos directos)aquellas personas que han muerto vendrán a comer contigo, se sentarán a tu mesa y que necesitan ser guiados, tener una luz que les indique el camino...
También es importante tener su vaso con agua, para que puedan refrescarse después de la travesía, su comida favorita, su jarrito de pulque o de cualquier licor de la preferencia del difunto, para que recuerde los placeres mundanos, de los que se ha privado todo un año... ¡Ah!
Amo nuestras tradiciones.
Y amo también el sentido del humor -el verdadero sentido del humor- con el cual tomamos todas las cosas... incluso la muerte.
Hablando del tema, me late esta rola...
Necrofilia Enamorada
Tumbaré tu tumba con un martillo
y sacaré la tierra de tu agujero.
Pa' esta vez, yo también seré el primero
que se coma a besos tu podrido corazón.
Y quitaré el deshilachado vestido,
blanco, como la luna en el cementerio.
Y ahora estoy a tu lado aqui bebiendo
con una botella que va a dejar de existir.
Limpiaré tus orejas con mis manos,
y lavaré tu ombligo con mi saliva,
y quitaré de tu cara los gusanos,