Yo tampoco he dejado de pensarte. Tal vez porque te has atrevido a colarte entre mis sueños sin avisarme siquiera que vendrías.
Quizá por las tardes lluviosas que huelen a ti.
¿Será acaso que la golondrina que insiste en posarse frente a mi ventana tiene tu inicial marcada en el pecho?
Yo no sé lo que será...
Pero dice mi corazón que te verá mañana. Y yo le creo.
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