Cuestión de atreverse

-Oye mi Roger, estábamos platicando con Chava del equipo de futbol y me preguntó quién y quén estaba.

-Orale...

-Le dije que de los que él conocía sólo Mario, Armando, tú y yo, pero como que no se acordaba de ti...

-Ja...

-Dijo: "Roger, Roger... ¡ah sí! el que andaba con una güera que qué bárbara..."

-Jajaja... No manches mi Dany, ¿En serio?

-Es que la mera neta, mi Roger, que buena vieja traías cuando estudiábamos en el tec... Con todo repeto, claro.

-Je... ¿Qué puedo decir yo?

-Espero que no te moleste...

¿Molestarme? ¿Por qué? Para mi es halagador, de hecho. Y es que la niña de la que hablaba mi cuate no sólo era una vieja buenona, sino una vieja preciosa en toda la extensión de la palabra.

Es incluso divertido, muchas veces me han dicho : no manches pinche Roger, que guapa está tu vieja, ¿cómo le haces? ¡si estás re feo!

-No lo sé. ¿Suerte tal vez?

Recuerdo hace unos 16 años. Primer día en la prepa. A 10 metros frente a mi una niña de cabello negro, recogido en una trenza que llegaba hasta la cintura, dueña de unos ojos espectaculares. Boca pequeña y roja. Silueta perfecta. Como a mi me gusta. Todo en su lugar. Simplemente hermosa... Sencillamente hermosa. No sé cuanto tiempo duré mirándola de fijo, o, si mientras lo hacía, mi boca permanecía irremediablemente abierta.

Para mi buena suerte, resultó ser mi compañera de salón. Pude conocer su nombre y ser testigo de la belleza de esos ojos de Lunes a Viernes a partir de las 7 de la mañana. Me gustaba mucho. Me encantaba. Y después de un tiempo, le pedí que fuera mi novia. Luego de una serie de circunstancias, dijo que si. La niña más bonita del salón me dijo que si... A mi... ¿Por qué?

-No lo sé... ¿Suerte, tal vez?

La guitarra ayuda. Nunca hay que despreciar al sex appeal que tiene un tipo con guitarra al hombro. Un poco de cultura que pueda sostener una conversación interesante es importante también, y, sobre todo, seguridad...

Volviendo al tema, la mayoría teme hablarle a las muchachas bonitas. Se tiene la idea de que son las más sangronas. Y a veces lo son. Pero todos tenemos posibilidades. Me consta. Después de todo, ¿Qué es lo peor que puede pasar? Que nos digan que no. Y uno no se muere por eso.

Las relaciones sentimentales son sólo un ejemplo, pero lo mismo aplica para cualquier otra situación en la vida.

A mi, me gusta atreverme. Odiaría tener que voltear hacia atrás algún día y decir: ¿Qué hubiera pasado si...? Eso de quedarse con la duda, no es para mí.

Asi que inténtalo. Atrévete. Total, ¿Qué puedes perder?

¡Salud! Por los y las que se atreven...