lunes, 6 de julio de 2009

In memoriam


Que buena mesa nos tocó esta vez. Justo frente al escenario. Hace un rato que salió el telonero y es excelente. Está tocando una canción que se llama Esto no es un cuento de hadas. Espero poder escribir algún día algo tan bueno.

Se llega el momento. Presentación estelar. La noche es perfecta: Buen lugar, excelente compañía de hermosos ojos, y cervezas heladas en la mesa. Suenan los primeros acordes de una canción que habla de besos, muchos besos, aunque no de una manera muy romántica que digamos, pero terriblemente divertida...

Besos de tres bandas, besos en el pool,
besos en tu norte, besos en tu sur,
besos en tepito, besos en Liverpool.

Besos que no mueren, besos que me matan,
besos de esos besos que a los curas espantan:
Los besos que no has quemado son los que a mi me faltan...

Besos caballero, besitos de dama,
besos que se dan, corazones que no aman,
besos que comienzan en el bar y se siguen en la cama...


De igual manera se suceden una serie de ritmos que van desde el rockanroll y la polka, hasta un delicioso blues y una ranchera.

Pausa para un beso de a de veras.

Compro el disco del cantautor, mismo que escucharé mañana, tirado en la cama, recordando lo mágico de esta noche, las interminables cervezas, nuestra borrachera, la caminata hasta su casa en la madrugada por unas calles húmedas de lluvia, olorosas a tierra mojada...

La primera vez que oigo un disco nuevo de Armando Palomas, me cuesta trabajo entenderlo, desmenuzarlo, necesito escucharlo varias veces para tomarle el sabor, el buqué... me pregunto si será porque la primera vez que oigo un disco nuevo de Armando Palomas, siempre ando crudo...


Como esta, muchas historias. No sólo mías, de varios amigos, compañeros de parranda y rivales en debates filosóficos.
Este post lo escribo como un homenaje al desparecido León de Mecenas, que nunca pude definir. Era un café-peña-bar-foro único en la ciudad de Morelia. Ahí escuché de todo: Trova, Rock, Música regional, blues, rondallas, balonas, música prehispánica y una interminable lista de etcéteras. También era un lugar de expresión, los Miércoles, peña libre y te subías al escenario a recitar poesía, a leer tus cuentos, a cantar una rola... Además había pláticas y conferencias de temas psicológicos, noviazgo, sexo... En fin, era un foro multicultural que realmente voy a extrañar... Buena cerveza también, no lo puedo negar.

Gracias Ernesto Ayala, el León de Mecenas, tuvo que irse porque los dueños querían vender la casa donde estaba ubicado... Ni modo. Maldito dinero.

Antes de que se me olvide... ¡Salud! ¡Por el León de Mecenas! ¡Por todos los borrachos que conocí, y bebieron conmigo en ese lugar...


Y por ti, claro..!


Sobre todo por ti...

4 comentarios:

  1. :O yo estaba ahí esa noche!!
    Y recuerdo cada uno de los momentos escritos anteriormente... (incluso cuando te "asusté" por ser tan observadora XD)

    Es una lástima que tuviera que cerrar

    Salud por ti también...
    TE QUIE...

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  2. Jejeje... si... que susto eh :P

    Creo que hemos dicho muchas veces salud... pero ¡demonios! ¡que importa una más! ¡Salud!


    Besos ;)

    TQM

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