domingo, 13 de junio de 2010

Nos vieron



El nerviosismo de Marina era muy evidente. Le vi frotarse las manos varias veces antes de por fin atreverse a decir:


-Nos vieron.


Dejé mi taza de café sobre la mesa, buscando sus ojos con la mirada.


-¿A qué te refieres? ¿Quiénes nos vieron?
-Ellos. Sus amigos.


Intentó sonreír y dio un pequeño sorbo a su café.

Las relaciones clandestinas siempre provocan un alto grado de paranoia y adrenalina. Mi corazón comenzó a latir más aprisa.


-¿Cómo sabes?
-Él me lo dijo.


Es el riesgo. Una voz interior tenía tiempo insistiendo: en cualquier momento puedes ser descubierto y había que afrontar las consecuencias de nuestros actos. De mis actos.


-¿Qué te dijo?
-Eso... que sus amigos nos habían visto en el bar.
-¿Sólo eso? ¿Y tú que le contestaste?
-Me puse nerviosa. Me acorraló... Discúlpame...


Escuchar eso también me puso nervioso a mi.


-¿Qué le dijiste?
-Que sí. Que habíamos salido. Que somos amigos y por eso nos fuimos a tomar una cerveza y a jugar billar.
-Muy bien...
-Pero el quería saber más. Me preguntó muchas cosas.


Por extraño que parezca, me estaba tranquilizando. Mis ideas volvían a tener sentido y eso debió reflejarse en mi rostro.


-Ya veo, chiquilla. Es normal. Estábamos en un lugar público y cualquiera podía vernos. Además como amigos que somos, es justo que nos tomemos una cerveza de vez en cuando.
-¿Sabes? Me preguntó si nos habíamos besado.
-¿Y qué respondiste a eso?
-Que no.
-¿Y te creyó?
-Sip. Después de un rato, pero sí. Logré convencerlo de que nada había sucedido.
-Muy bien, mi niña. De hecho es la verdad -dije con una serenidad que me sorprendió aún a mí-, nada sucedió. Jamás nos besamos en el bar. Todo pasó después...


Pasé el dorso de mi mano por su mejilla y le vi tranquilizarse. Exhaló aliviada y, cerrando los ojos, besó mis dedos al tiempo que decía:


-Gracias. Siempre me haces sentir mejor.


Sonrío, o al menos, creo que lo hago. Una voz interior resuena: no decir la verdad completa, también es mentir, pero decido ignorarla y besar los dulces labios una vez más.

A fin de cuentas, nada sucedió en el bar...





4 comentarios:

  1. Estos temas siempre son incómodos.

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  2. Bastante complicados, diría yo...

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  3. JAJAJA bendita semántica!

    Nos permite decir las cosas con todos los matices recovecos y retruecanos posibles, como abogados del diablo.
    "usted dijo esto y esto"
    "si señor Juez, tal y como me lo preguntaron,en EL BAR no paso NADA, pasó ALGO"

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  4. Es el arte de la mentira mi buen black, al grado de convencerte a ti mismo de que lo que dices, lo que haces no es incorrecto, sino 'parcialmente correcto'...

    Soy de lo peor. Lo sé.


    Jajaja... ¡Salud!

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