Recostada sobre la cama, Beatriz había pasado la última hora entre sollozos, recordando la conversación que había tenido con él esa tarde.
-¿Hace cuánto tiempo terminaste con tu novia?
-Dos semanas.
-¿Por qué no me habías dicho?
-No se había presentado la oportunidad de hacerlo. Por eso.
Ella lo amaba demasiado. Tanto como para esperarlo. Pero estando ahí, sentados en las gradas, viendo el campo de futbol vacío, tomó entre sus manos la de él e inocentemente dejó escapar de sus lindos labios rojos el comentario...
-Ahora que ya no tienes novia, podemos andar.
-Podríamos.
-¿Pero...?
-La verdad es que ahora lo que menos deseo es tener una relación formal. Después de varios años, tengo una sensación de libertad que no quisiera perder.
Golpe directo al corazón de la niña. Lágrimas a punto de surgir. Voz entrecortada y la única conclusión lógica a la que podía llegar después de lo que acababa de oir.
-Tú no me quieres.
-Claro que te quiero. Pero no de la manera que tú esperas. No de la forma que tú mereces.
La brisa vespertina comenzó a soplar con más fuerza, haciendo girar el polvo sobre la pista de arcilla. De pronto ella clavó sus ojos sobre los de Rogelio, ansiosa de saber...
-¿Te puedo preguntar algo?
-Dime...
-¿Por qué no puedo ser yo?
-No es que NO puedas ser tú chiquilla... De hecho eres todo lo que cualquier hombre podría desear...
Sobra decir que eso no era lo que ella deseaba escuchar. Molesta, le interrumpió antes de que él pudiera terminar la frase.
-¿Qué está mal en mi?
-Nada. Nada esta mal. Me encantas, me gusta estar contigo. Eres divertida, tierna y lista... Simplemente tuviste la mala suerte de coincidir conmigo en el momento equivocado: Yo no quiero una relación. No ahora.
- Y entonces ¿los besos? Las caricias?
-Discúlpame. Sé que eso debe confundirte. Cómo te dije antes, eres todo lo que...
-No tienes corazón.
Obviamente, comentarios como ese duelen. Precisamente porque, en definitiva, él la quería.
-Si con esa frase te refieres a que prefiero decirte las cosas tal cual son, sin disfrazar la situación, sin mentir... Entonces no lo tengo. Alguien me dijo un día que La verdad te hará libre, y yo no quiero lastimarte más.
-Entonces, ¿nunca andarás conmigo?
-Yo no dije eso. Sólo dije que por ahora, no quiero tener una relación.
Había repasado la conversación en su mente una y otra vez, tratando de entender. Ahora abrazaba su almohada mientras limpiaba las lágrimas de su mejilla con la punta de la sábana. Lo dicho por él significaba que tenía esperanza... ¿o no?
-Entonces, ¿algún día?
-Es posible.
-También es posible que para entonces yo haya desaparecido de tu vida...
Su molestia iba en aumento. El cielo que 10 minutos antes era de un límpido azul, oscureció de nubarrones.
-Lo sé. Y tal vez entonces me odie por lo que estoy dejando ir en este momento, pero prefiero no mentirte...
-Entonces... adiós.
Soltó sus manos, dio media vuelta y se alejó de las gradas a través de los corredores de la universidad. Él se quedó sentado, dudando si lo que había dicho y hecho sería en verdad lo correcto.
Y entonces, comenzó a llover...
Bien por ella... tache por él...
ResponderEliminarEsto sólo confirma una cosa que yo misma he comprobado, "los hombres siempre vuelven" jojo
a joder pero vuelven.
Me han dicho cosas similares y eso sólo es una tremenda inseguridad... así que yo digo, el que en realidad no es sincero es él, porque se contradice.
trust me I'm a doctor
Gracias por el comentario. [No me refiero al racional, sino al otro... gracias por compartir. You know what I mean ;)]
ResponderEliminarUn abrazo.
Que buena historia,que te invita a recordar el pasado, porque creo que a todos a ocurrido algo parecido, lo importante es no aferrarse a una persona que no te quiere, aunque a veces es díficil comprenderlo. felicidades. S
ResponderEliminarGracias, S, por tu comentario. Saludos a K. Estamos en contacto...
ResponderEliminar:-(
ResponderEliminarlos caminos "errados" nos llevan a otros lugares...
Los caminos errados a veces desembocan en lugares correctos...
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