Estoy pintando tu sonrisa
del color del corazón
la estoy pintando en el aire... con la imaginación...
Hombres G.
El artista colocó el caballete de tal manera que la luz que entraba por el ventanal fuera la adecuada. Es de esas cosas que los artistas perciben de manera diferente al común de las personas. Existen también los individuos que son fanáticos de las cifras y de las cosas exactas y quieren tener todo controlado y en la medida precisa.
-40% de azul cinc, 5% de magenta, 52% de color blanco y 3% de agua para lograr el color del cielo que veo entre esas nubes, a la una con veinte minutos de la tarde -dirían ellos.
Para los que sienten el arte (no se entiende, se siente), el proceso no es tan metódico. Es más, ni siquiera necesitan conocer el nombre de los colores. Lo único que requieren es mojar el pincel en distintos elementos de la paleta, mezclar, probar sobre el lienzo y después de un breve momento de observación, dejarse convencer por el resultado:
-Sí, ese es el color correcto...
Tomó el grafito y comenzó los primeros trazos del boceto. Decidió dibujar luego los ojos, grandes y expresivos, como le gustaba imaginarlos; una nariz acorde al tamaño de la cara, boca en forma de corazón y mentón afilado que denotara femineidad. Cabello lacio y largo para enmarcar el bello rostro que ahora le miraba desde el centro del bastidor. Sonrió satisfecho.
Oscurecía y sintió necesidad de dormir después de una tarde de arduo trabajo. Así que subió a su habitación, aún con la sonrisa en los labios y al pensar en su última obra, se escuchó a sí mismo decir en un murmullo:
-Sólo le falta hablar -Y cerró la puerta del estudio, olvidando cubrir el bastidor y cerrar la ventana.
El nuevo día llegó, entre cantos de pájaros y el imperdonable café de las 8 de la mañana. Bajó al estudio dando sorbitos a la bebida caliente.
-¡Hola!
La impresión le hizo brincar medio metro hacia atrás y soltar la taza de porcelana que se hizo mil pedazos ante él.
-¡Diablos! Casi me matas del susto...
-Oh, disculpa... -Dijo el dibujo desde el lienzo.
El artista temblaba de pies a cabeza. De hecho, pensó que seguía dormido y que tenía un mal sueño. No entendía lo que estaba sucediendo y sólo atinó a preguntar
-¿Quién eres?
-Alma -Dijo ella sonriendo y entrecerrando los ojos como si fuera lo más natural del mundo.
-¿Alma?
-Sí. Te escuché decirlo. Ayer, mientras me dibujabas. Mencionaste que ese nombre le pondrías al cuadro una vez que estuviera terminado. Hablas solo cuando trabajas.
De a poco, el artista recobraba el color y la calma.
-Mi corazón estuvo a punto de salir del pecho.
De a poco, el artista recobraba el color y la calma.
-Mi corazón estuvo a punto de salir del pecho.
-Lo siento, mi amor...
Escuchar eso terminó de despertarlo.
-Disculpa, ¿cómo me llamaste?
-Mi amor. Tú eres mi amor. Siempre lo has sido.
-¿Te das cuenta que hace tres minutos no nos conocíamos?
Escuchar eso terminó de despertarlo.
-Disculpa, ¿cómo me llamaste?
-Mi amor. Tú eres mi amor. Siempre lo has sido.
-¿Te das cuenta que hace tres minutos no nos conocíamos?
-Sí me conocías. Ya existía en ti, en tus pensamientos, en la sangre que corre por tus venas y en tu inagotable creatividad. Simplemente no me habías dibujado.
Alma lo decía con una seguridad tan abrumadora que era difícil no dejarse convencer por ella. Sin embargo, hay momentos en que la lógica se impone. Pertenecían a mundos distintos, literalmente. El asunto era cómo explicarle a una hermosa chica de dos dimensiones las crueldades y limitaciones de nuestra absurda realidad de 3D.
-No puedes amarme y yo no puedo amarte a ti.
-Yo estoy segura de que tú me amas. Nadie me ha mirado como tú.
El artista no quiso hacerle notar que si nadie la había mirado como él, se debía probablemente a que nadie le había visto antes: Era un cuadro que recién terminó la noche anterior y que apenas cobraba vida esta mañana.
Los artistas ignoran lo que sucede cuando no cubren sus obras, especialmente si dejan que la luz de la luna y el polvo de estrellas se cuelen por la ventana abierta, derramándose sobre éstas, combinándose con la magia que el pintor deposita en cada trazo... Los efectos pueden ser inesperados.
-Creo que no entiendes lo que quiero decirte y me apena, porque eso te causará mucho dolor.
-Eso no lo puedes saber. Tampoco conoces como son las cosas en mi mundo. Y si tú no me puedes amar, yo puedo amarte por los dos -dijo Alma con un tono infantil y sin perder la sonrisa.
El artista exhaló en señal de resignación. Al parecer, la chica del cuadro no aceptaría los argumentos de su lógica. Si es difícil hacerlo con una mujer del mundo real, lo es aún más tratar de discutir con una chica de 2D.
-Sufrirás -insistió él.
-Mis sentimientos. Mi decisión -concluyó ella.
Y volvió a sonreir.
Alma lo decía con una seguridad tan abrumadora que era difícil no dejarse convencer por ella. Sin embargo, hay momentos en que la lógica se impone. Pertenecían a mundos distintos, literalmente. El asunto era cómo explicarle a una hermosa chica de dos dimensiones las crueldades y limitaciones de nuestra absurda realidad de 3D.
-No puedes amarme y yo no puedo amarte a ti.
-Yo estoy segura de que tú me amas. Nadie me ha mirado como tú.
El artista no quiso hacerle notar que si nadie la había mirado como él, se debía probablemente a que nadie le había visto antes: Era un cuadro que recién terminó la noche anterior y que apenas cobraba vida esta mañana.
Los artistas ignoran lo que sucede cuando no cubren sus obras, especialmente si dejan que la luz de la luna y el polvo de estrellas se cuelen por la ventana abierta, derramándose sobre éstas, combinándose con la magia que el pintor deposita en cada trazo... Los efectos pueden ser inesperados.
-Creo que no entiendes lo que quiero decirte y me apena, porque eso te causará mucho dolor.
-Eso no lo puedes saber. Tampoco conoces como son las cosas en mi mundo. Y si tú no me puedes amar, yo puedo amarte por los dos -dijo Alma con un tono infantil y sin perder la sonrisa.
El artista exhaló en señal de resignación. Al parecer, la chica del cuadro no aceptaría los argumentos de su lógica. Si es difícil hacerlo con una mujer del mundo real, lo es aún más tratar de discutir con una chica de 2D.
-Sufrirás -insistió él.
-Mis sentimientos. Mi decisión -concluyó ella.
Y volvió a sonreir.
Si un árbol y una golondrina pueden amarse más allá del tiempo y la distancia, por qué un artista no puede amar a su obra maestra?
ResponderEliminar"-Mis sentimientos. Mi decisión" esó me gustó ")
Golondrinas... ah que cosa tan bonita.
ResponderEliminarY claro que un artista puede amar a su obra maestra, simplemente perciben las cosas de manera distinta. Para él, es difícil hablar de un sentimiento cuando no ha tenido la oportunidad de conocer a Alma, aunque de cualquier manera, es muy probable que le llegue a dar una oportunidad. Así son los artistas: nunca dan nada por sentado hasta que lo viven por ellos mismos.
Sin embargo, no me puedes negar que esas declaraciones repentinas de amor, asustan a cualquiera. Incluso a los artistas.
Un abrazo.
Si esa es la obra final, le quedó muy bien, bastante expresiva diría yo. Crees que puedas contactarme con el artista para que me de unas clases de dibujo?
ResponderEliminarY sólo los hombres tienen miedo, los artistas siempre se dejan llevar por el amor y la pasión.
Los artistas también se pueden dejar llevar por la pasión sin amor. Muchas veces de ahí surge la inspiración para dibujar, pintar, cantar... y escribir.
ResponderEliminarBuen dibujo, estoy de acuerdo.
El dibujo es de tu autoría? Está bonito!
ResponderEliminarA tod@as l@s que piensan que el dibujo lo hice yo, les informo que no es así. Hace mucho que no dibujo... y la verdad, extraño hacerlo.
ResponderEliminarEsos artistas al final de cuentas electricos y comunes seres humanos!!! :)y si la frase final es muy buena tipica de todas las mujeres e ironicamente contrastante!!! Claro cuando las cosas van mal!!! :)
ResponderEliminar¿Eléctricos?
ResponderEliminar¿Por corrientes o por qué?
:S