Se detuvo de repente, como hacen las personas cuando recuerdan las cosas importantes. Se sacó de encima el abrazo y sus ojos -oscuros, como el café cargado-, se abrieron un poco más de lo natural. Después recuperaron su mirada de mujer en aparente calma, para luego caer una vez más en los de él y perderse en ellos por tres segundos, que para ella fueron tres eternidades.
-¿Qué estamos haciendo? -preguntó al fin.
Él no respondió de inmediato. Se dio tiempo para contemplar ese rostro moreno de expresión desconcertada, enmarcado por los negros cabellos que ocultaban un poco la frente perlada de sudor a causa del calor de los cuerpos. Mientras sonreía, acarició con sus dedos la tersa mejilla y los labios entreabiertos que minutos antes le colmaban de besos.
-Disfrutando del momento -dijo él.
Y después de una breve pausa, todavía agregó:
-Estos instantes, las cosas que estamos viviendo ahora, no se volverán a repetir. De tal manera que cada segundo debe ser aprovechado al máximo, debería considerarse como obligación tomar cada momento como lo que realmente es: Una oportunidad.
-Entonces yo deseo tomar mi oportunidad y disfrutar este momento junto a ti -interrumpió abruptamente, como una niña.
Él todavía intentó continuar su argumentación, pero ella y la mordaza de besos con que selló sus labios se lo impidieron por completo.
orale.... intenso...
ResponderEliminarCompletamente de acuerdo.
Eliminarmuy bueno borracho
ResponderEliminarMuchas gracias, Anonymous...
EliminarExcelente, te paso mi email: angel_saucedo@hotmail.com
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