Muy de mañana despertó la princesa después de la noche de bodas, ya casados por fin el príncipe y la princesa consumaron el matrimonio.
“consumar. (Del lat. consummāre). tr. Llevar a cabo totalmente algo
Dicho de los legítimamente casados: Realizar el primer acto en que se pagan el débito conyugal. Consumar el matrimonio.”
Y vaya que era un caballero el príncipe que no exigió tal pago por adelantado.
La luz del sol entró por la ventana y los dos se miraron complacidos.
Buenos días -se dijeron ambos al mismo tiempo dándose después un tierno beso.
El príncipe se levantó del lecho nupcial y se vistió con la única ropa que tenía aunque su padre era dueño y señor de más de diez mil vasallos sin contar a la servidumbre del castillo. La princesa haría lo mismo (con su ropa de ella, claro).
¿A dónde vas? –preguntó la princesa con esa mirada dulce e inocente que tanto le gustaba a él.
Voy a cazar a un dragón o a un ogro o a un fauno o sátiro o algo –contestó el príncipe como los señores que se van a trabajar.
¿Qué son ésos? – preguntó ella.
El príncipe sacó un enorme y viejo libro para ilustrar a la perdida princesa y leyó:
dragón. (Del lat. draco, -ōnis, y este del gr. δράκων). m. Animal fabuloso al que se atribuye forma de serpiente muy corpulenta, con pies y alas, y de extraña fiereza y voracidad.
ogro. (Del fr. ogre). m. Gigante que, según las mitologías y consejas de los pueblos del norte de Europa, se alimentaba de carne humana.
fauno. (Del lat. faunus). m. Mit. Semidiós de los campos y selvas.
sátiro, ra. (Del lat. saty̆rus, y este del gr. σάτυρος) En la mitología grecorromana, divinidad campestre y lasciva, con figura de hombre barbado, patas y orejas cabrunas y cola de caballo o de chivo.
La princesa escuchó con mucha atención a su amado y sabio esposo pero le surgieron unas dudas de lo que decía ese gran libro.
Acerca del dragón preguntó: “¿Qué tan corpulenta? ¿Cómo tu tía o más? ¿El dragón tiene pies y no garras? ¿Cuántos pies tiene, 2 ó 100 ó 1000? y ¿Alas, cuántas tiene? Ahora que recuerdo, el dragón lanza fuego por la boca. ¿Por qué no lo menciona?”.
Con el ogro le llamó la atención que hablaran de él en pasado como si se hubiera extinguido y del dragón como si todavía existiera. Y preguntó: Ahí dice que el ogro “se alimentaba” y del dragón “se le atribuye” ¿Ya no hay ogros?”
Con el fauno sólo le quedó la duda de si fauno o faunos: “¿Y por qué dice semidiós? ¿Sólo hay uno? ¿No debería decir “semidioses”?
Del sátiro quedó aún más confundida: “¿Y por qué sátiro, ra si dice que es hombre? ¿Hay sátiras con barba?”
¿Qué es divinidad y lasciva? -preguntó la princesa.
De nuevo utilizó el librote:
divinidad. (Del lat. divinĭtas, -ātis). f. Naturaleza divina y esencia del ser de Dios en cuanto Dios. || 2. deidad. || 3. Persona o cosa dotada de gran beldad, hermosura, preciosidad.
divino, na. (Del lat. divīnus). adj. Perteneciente o relativo a Dios. || 2. Perteneciente o relativo a los dioses a que dan culto las diversas religiones.
lascivo, va. (Del lat. lascīvus). adj. Perteneciente o relativo a la lascivia. || 2. Que tiene este vicio. U. t. c. s.
lascivia. (Del lat. lascivĭa). f. Propensión a los deleites carnales. || 2. ant. Apetito inmoderado de algo.
¿Te parece dotado de beldad, hermosura y preciosidad un hombre barbado, con patas y orejas cabrunas y cola de caballo o de chivo y además lascivo?
¿Piensas matar algo que tiene la esencia de Dios en cuanto Dios? ¿A una deidad? ¿Que al escribirlo con mayúscula sea perteneciente al Dios católico y no a los otros dioses de diversas religiones?
¿Apetito inmoderado de algo? ¿Te parece lascivo mi apetito de saber o de ayudar a los demás? O en todo caso si ya es anticuado el significado ¿Por qué aún lo utilizan?
Haces muchas preguntas princesita, así dice el diccionario, yo no lo escribí.
-dijo el príncipe un poco nervioso.
Se quedó sola la princesa en el castillo y el príncipe salió a cazar animales mitológicos que tal vez ya no existían.
Como no tenía nada que hacer la princesa, salió al patio a hablar con los animalitos que se reunían con ella cerca del pozo de los deseos, charló un poco con un pajarillo amigo suyo y le platicó lo sucedido esa mañana, el ave le dijo: “pío, pío,” (si quieres saber la verdad, pídele al pozo de los deseos que te la dé).
Sin pensarlo dos veces, la princesa pidió al pozo saber la verdad. Lanzó el cubo para sacar el agua y dentro venía una piedra plana que decía: “REALIDAD O FICCION”, en medio una flecha que parecía ser un indicador.
¿Qué eliges? – le preguntó el pozo.
La princesa no estaba tan segura así que consultó de nuevo el libro grande y pesado de su esposo y leyó:
realidad. f. Existencia real y efectiva de algo. || 2. Verdad, lo que ocurre verdaderamente. || 3. Lo que es efectivo o tiene valor práctico, en contraposición con lo fantástico e ilusorio.
ficción. (Del lat. fictĭo, -ōnis). f. Acción y efecto de fingir. || 2. Invención, cosa fingida. || 3. Clase de obras literarias o cinematográficas, generalmente narrativas, que tratan de sucesos y personajes imaginarios.
Ella sentía que su existencia era real y efectiva, estaba allí hablando con su amiga ave y con un pozo mágico lo cual tenía un valor práctico, por otro lado su esposo le había dicho que había estado fantástica en la cama, que estaba en contraposición con lo real, el orgasmo de aquella noche no era fingido y todo lo que allí había no era imaginario porque podía tocarlo, verlo, olerlo y escucharlo además. No entendió nada.
“pipiripipí” (la realidad supera la ficción). - dijo el avecilla muy emocionada.
Si lo que vivía era una ficción la realidad la superaría, lo que quería decir que si ahora era feliz, lo sería más en la realidad, por otro lado pensó que si era realidad no pasaría nada porque ya la estaba viviendo, así que eligió “REALIDAD”.
No se pierda el siguiente capítulo de esta lexicograficómica aventura titulada “la académica” próximamente por este mismo blog.
ups...
ResponderEliminarRealmente fantástico Augusto! jaja
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con el camarada Anónimo.
EliminarEstá interesantísimo, muero por leer la segunda parte.
ResponderEliminarSamantha