sábado, 24 de diciembre de 2011

La alquimista



El sol, alto en el cielo, se cuela por la ventana y golpea de lleno en mi rostro. El reloj de pared no hace sino comprobar lo que ya sabía: Es tarde.

Bajo las escaleras y mojo mi cara con agua fría de la  pileta. Al fin estoy completamente despierto.

Conozco mis deberes de este día así que acompaño a mi madre a comprar las hojas, la manteca, la carne de puerco, y el color vegetal. Más tarde regresaré por la masa sin batir que dejó apartada desde ayer. Ah, y por un kilo de Puscua, base para preparar el atole que beberemos por la noche.

En cuanto terminamos de comer acomodamos todos los utensilios y me dispongo a hacer mi parte. Hay que mezclar la manteca y agregar la masa, comenzar a batir. Una hora y media de esfuerzo físico que se verá recompensado al degustar esos deliciosos tamales.

Han llegado mis abuelos. Mis tíos llegarán más tarde.

Mi madre sabe de memoria las medidas, la cantidad exacta de royal, sal y azúcar que se necesita. Poco a poco va mezclando los ingredientes. Yo sólo soy una herramienta a su disposición. La fuerza bruta que  bate y carga. Ella es la artífice, la artista, la alquimista.

Prueba un poco. Falta sal, me dice. Yo la miro y la admiro. Admiro la capacidad que tiene de combinar ingredientes y reunir gente en torno a la mesa. Me sorprende el poder de convocatoria que tiene su comida, a  la que soy adicto.

Los tamales y el atole están listos a tiempo. Justo a tiempo. Todos comen, ríen y beben. Yo la observo a ella. Sonríe satisfecha. Lo ha hecho una vez más, su pócima mágica cumplió su cometido y todos están aquí.

Le abrazo y, mientras lo hago, le digo al oído que la quiero... y que no puedo resistirme al embrujo de su comida.

Creo que me serviré uno más. Sólo uno más. 


Perdí la cuenta en nueve.



5 comentarios:

  1. ya se me antojaron los tamales de tu mamá... ¬¬ espero hayas guardado aunque sea uno, el que dijiste que me guardarías ^^
    Saludos!!!! =)

    ResponderEliminar
  2. Muy ricos!!! recuerdo que un ladronzuelo se comió los que me regalaste y no dejó rastro.

    ResponderEliminar
  3. Es cosa de mamás... de mamás experimentadas... mi abuela es igual... dice que el ingrediente secreto es "amor", quizás sea cierto.

    ResponderEliminar
  4. invita unos tamales, son muy ricos... ya hiciste que se antojaran

    ResponderEliminar