sábado, 18 de agosto de 2012

Al tercer día





Dos horas libres de gritos, de llantos, de raspones, de mocos y de golpes en los tobillos, asestados con la patineta. La casa estaba tan tranquila que podía escucharse a lo lejos la máquina del ferrocarril y, en el jardín, el viento pasando entre las hojas del limonero.

Dios bendiga las clases de catecismopensó el hombre mientras abría el periódico local en la sección de deportes. No tardó mucho en aburrirse, así que encendió el televisor buscando algún mediocre partido de la liga nacional. Lo encontró pronto. Fue por una cerveza al refrigerador y volvió a zambullirse en su sillón favorito. 

Pero la calma no dura para siempre. De un momento a otro la calle se llenó de gritos infantiles y una pequeña y delgada figura irrumpió en la sala, golpeando la puerta en su carrera.


Hola papi.
Hola hijo. ¿Cómo te fue en tu clase?
¡Muy bien! La maestra Lupita dice que me porté muy bien y que si hago la tarea, me ganaré una estrellita... ¿Me ayudas?


Una decisión difícil. Fut bol más cerveza o hijo más tarea más dogmas católicos... No. Ni tan difícil.


¿Qué te dejaron?
Tengo que hablar de La Resurrección...


¡A centímetros del poste izquierdo pasó esa bola!gritaron en la televisión.


Eh... Mmm... Yo creo que eso lo encuentras en Internet. Búscalo ahí. Dijo el padre señalando la computadora con el índice de la mano izquierda y, una vez librado de su vástago, tomó un largo sorbo del bote de cerveza. Tuvo que eructar.

El chiquillo encendió el aparato a regañadientes y se dispuso a trabajar. Al terminar la clase del día siguiente, llegó muy triste a casa. Un cinco en sus deberes, el motivo.


¿Por qué te pusieron cinco? Preguntó indignado el hombre Déjame leer eso.

Después que diosito murió, los apóstoles se pusieron muy tristes. Por eso tuvieron que investigar formas de cómo revivir a Jesús. Uno de ellos tuvo una visión y se le apareció Morfeo, quien le dijo que debía elegir entre la verdad o seguir en la mentira. Él dijo que la verdad, así que le dio una pastillita azul que decía Pfizer. Cuando se la tomó, se puso todo loco y decía que  un arbusto le hablaba y que le decía que tenían que visitar al oráculo. Cuando llegaron, éste les dijo que la única forma de revivir a diosito era juntando las esferas del dragón que estaban custodiadas por los guardianes de las doce casas. Los apóstoles tuvieron que tomar un rápido entrenamiento para ganarse su armadura de bronce y después de muchas batallas, lograron reunir todas las esferas para poder invocar a Shen Long. Diosito resucitó al tercer día, porque ese fue el tiempo que tardaron los apóstoles en recolectar las esferas del dragón. Y así fue todo y ya.




Ya estarás conforme ‒dijo la madre del pequeño, bastante molesta‒, por tu culpa le han puesto cinco en el trabajo. Y todo por no querer hacerte responsable. Ni para eso sirves. ¡Ya me lo decía mi madre! ¿Por qué no contestas nada?



El hombre la ignoró y mientras tanto, seguía sosteniendo el trabajo de su hijo entre las manos. Terminó por sonreír. Le despeinó el cabello en un gesto cariñoso y guiñando un ojo le dijo:



‒¿Sabes? Para mí tienes un diez en creatividad.  

2 comentarios:

  1. Tiempo de calidad cabrón, nada como eso, unas palabras de papá a tiempo y uno crece sano y sin traumas.

    además pinche catecismo porque no se actualizan y hacen un portal, saludos R.

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    1. Jejeje. Saludos caon. A ver cuando coincidimos con unas bien frías, ¿no?

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