sábado, 15 de mayo de 2010

Aprender




A medida que vamos avanzando por este sinuoso camino que llamamos vida, se van sucediendo personas y situaciones que le agregan a nuestra existencia un toque especial, ya sea divertido, dramático, o totalmente serio.

En mi caso, las personas que más cariñosamente recuerdo son aquellas que han aportado algo a mi crecimiento humano, es decir, todos aquellos personajes que me han enseñado algo.

Y es que, en definitiva, no todo lo aprendido se obtiene en la escuela. Además de los maestros, aprendemos de los amigos, de la familia, de las parejas sentimentales y hasta de los compañeros de trabajo.

Casualmente, a la persona que más cosas le aprendí, no fue a un profesor, sino a mi jefe, el buen Nicopérez que tuvo que adelantarse a otro curso en distinto plano existencial, pero que ya lo alcanzaré. Eso es seguro.

Él nunca me dio una clase como tal. No se sentaba detrás de un escritorio a tomar la lista y a revisar manuscritos. Claro que de niño me ayudaba con mis tareas, pero las cosas que el me enseñó fueron a partir del ejemplo. De la congruencia de ser una persona íntegra. Eso se agradece, créanme.

Tuve además la enorme fortuna de tener excelentes docentes a lo largo de mi formación académica. Cómo no recordar a la maestra Chela que me enseñó ortografía, al maestro Ramiro que me hizo conocer el maravilloso mundo de los libros y que nos obligó a escribir a mi y a mis otros 5 camaradas, por primera vez para un público. Y qué decir de la maestra Justina que un buen día me reprobó, así, sin más, sólo porque según ella, yo necesitaba reprobar. Lo curioso es que años después, me di cuenta que ella tenía razón.

Luego en la prepa el profe Ramón, al que le aprendí que la docencia y la bohemia no son cosas que deban estar separadas necesariamente. Mención aparte merece la maestra Lupita de mate, de quien hablaré en otro post, a la cual, mis compañeros y yo le agradecemos todo eso que nos enseñó, aunque jamás aprendiéramos nada... Je.

En cuestiones académicas, siempre hay alguna materia que se nos complica más que otra. En cuanto a mí, soy una piedra para todo lo que tenga que ver con fórmulas químicas. Las únicas sustancias que se combinar son el tequila con el refresco de toronja. Pero el maestro Juanito del tec hacía que todo pareciera sencillo. De la misma manera, cómo olvidar la pasión con que daban sus clases el profe Cristóbal o la maestra Pera.

Del otro lado de la moneda están los profes que parece que nacieron odiando a sus alumnos y que su única y sagrada misión en esta tierra era hacernos sufrir. Pero incluso ellos, tienen su valor. A mi me sirven de mal ejemplo.

Tipos como Ricardo Verduzco, Abad Murillo, El ronco, o el de conta al que le decíamos el diablo, me daban los suficientes motivos para pensar que cuando yo fuera profe, no quería ser como ellos. Pero incluso eso es aprendizaje, ¿no?

Sin embargo, como lo mencioné al principio, no todo se aprende en la escuela ni en un salón de clases.

Es como el día que fui a rehabilitación para lo de mi codo. En el módulo contiguo estaba un señor al cual le habían amputado una pierna, pero con una actitud ante la vida tan agradable y energética, que lo que menos notaba uno, era precisamente esa pérdida.

Es difícil no pensar en todas aquellas personas que tienen problemas más simples y que se derrumban, que se ahogan en un vaso de agua...

Ese día salí de la rehabilitación más motivado que de costumbre.

Ya lo decía el buen Benjamín Franklin: Todos los hombres que conozco son superiores a mí en algún sentido. Y en ese sentido, aprendo de ellos...

Por todas aquellas personas que voluntaria o involuntariamente han sido mis maestros...

¡Salud!


6 comentarios:

  1. Gracias, por todas las cosas que me enseñaste dentro y fuera del aula; algunas siempre las recordaré, otras ya se me olvidaron xD jeje

    Feliz día, mi siempre querido profesor C:

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  2. y lo mejor es ser la consentida del profe...
    oiga profe Borracho no quiere que yo sea su consentida?... :D

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  3. Como te dije algún día, chiquilla, por una sola cosa que recuerdes de lo que yo te enseñé, toda mi vida vale la pena...
    -------------------------------------
    Anita, así que quieres ser la consentida del profesor?

    Excelente! Yo encantado!! ;)

    jejeje... ¡Salud!

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  4. Y solo por esas cosas buenas o extraordinarias que se aprenden de los buenos amigos necesitamos estar en contacto continuo... que te parece otra ronda de chelas !!! my estimado para el festejo del 15 de mayo eh ?

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  5. Pues ¿qué te diré?

    Que yo flojito y cooperando!!


    ¡Salud!

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