sábado, 1 de mayo de 2010

Vender el alma


"¿De qué sirve ser rico?"
El Principito.




¿Qué es lo primero que te viene a la mente cuando alguien menciona al diablo?

En mi caso, no puedo evitar el recuerdo de la riquísima Elizabeth Hurley haciéndole maldades al personaje de Brendan Fraser en la película Al diablo con el diablo [Bedazzled].






No sé si sea por mi fascinación por el color rojo, pero me encanta... La película, claro.

Para los que no la vieron -si es que hay alguien-, es la historia de un tipo que desea algo que aparentemente no puede tener y cada vez que se acerca a la realización de su deseo, se va dando cuenta de que siempre falta algo... Siempre.

Los seres humanos somos muy tendientes a cifrar nuestra felicidad en cosas materiales o que se pueden comprar con dinero. Que si tener un carro, una casa, ropa moderna o los zapatos que anuncia Juandelaspitas en la televisión. Casi nunca le damos importancia a esas cosas gratuitas que la vida proporciona como un atardecer, el aroma de las flores o un beso bajo la lluvia...

El asunto es que cuando logras obtener algo, querrás algo más y, obviamente, nunca podrás tener todo lo que quieres. La felicidad no está en algo que se pueda comprar ni tampoco en tener a tu lado a una persona. De hecho la felicidad reside en uno mismo y la reconstruyes cada día.

Ustedes disculparán que hoy me ponga tan filosófico, pero resulta que ayer fue una de esas tardes en que uno necesita pensar, estar a solas con el silencio para poder tomar decisiones.

Así que me encaminé a mi santuario y solicité el néctar apropiado e inspirador...


-Una michelada cubana, por favor. Cerveza oscura...


Mientras el rasposo y refrescante elixir iba fluyendo por mi garganta, me puse a pensar en la tentadora oferta que se me hizo en días recientes.

Como mencioné antes, recordé que la vida es un continuo tomar de decisiones. El camino que sigues al trabajo o la escuela, la carrera que estudias, tequila, charanda o cerveza [Odio el brandy, guácala...], tacos o pizza, clara u oscura, PUMAS o Chivas, rubias o morenas, cúcara, mácara, títere fue...

En ocasiones, dichas decisiones se vuelven realmente trascendentes porque afectarán o modificarán de manera sustancial nuestro estilo de vida, hábitos, lugar de residencia o estado civil.

Cuando uno empieza a jugar al adulto responsable, por ejemplo, y se va adentrando al mundo laboral, una búsqueda contínua es la mejora económica, con todas las ventajas que esto representa. Es [la mayoría cree que es] muy importante ganar mucho dinero. Y eso es precisamente lo que se me ofrece.

Lo único que se me pide es vender el alma.

Simplemente tendría que renunciar a las ocasionales idas al cine los miércoles de 2 x 1, al café en compañía de una linda niña de agradable conversación, a esas caminatas por las calles de la colonial ciudad donde vivo, a tirarme sobre el césped a ver como las nubes se diluyen sobre un infinito oceano azul, adquiriendo caprichosas formas, a las noches bohemias de los jueves, a las chelas con los amigos durante el fin de semana, a la cascarita dominical y, probablemente, al tiempo que le dedico al Blog...



Mi decisión está tomada.



Ustedes, mis queridos lectores y lectoras, ¿Qué harían?



¡Salud!





8 comentarios:

  1. Esa decisión depende de a DONDE quieres llegar!

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  2. De cualquier manera, mi querida florecita, me interesa conocer su opinión... Qué bueno que te haya gustado ;)

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  3. Todo depende de para que quieras el dinero, digo si hace falta pues un tiempo renunciar a los placeres de la vida vale la pena, pero si renuncias a ello y ni siquiera vas a disfrutar lo que vas a ganar(porque no tienes tiempo) pues no vale la pena; justamente es ahí mero donde el diablín hace de las suyas. ¿Para qué ganar mil ocho mil si no tienes qué ni con quien compartir ricos y deliciosos momentos? El dinero, ni el trabajo, ni cada cosa por separado lo son todo en la vida, sino todo junto en la justa medida.

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  4. Precisamente, mi querida Anita, precisasmente...

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  5. JA, idealismo!

    Mi consejo borracho es que vendas el alma , antes de que tengas que vender el culo.

    Además ya te haz divertido en la vagancia y opino que debes darle oportunidad al mundo laboral hermetico, probablemente ahi te encuentres almas como tu, mariposas volando en un frasco, encerradas pero juntas para compartir, algunos de mis mejores amig@s los he encontrado en el medio laboral, almas afines.

    Dejale MArx y Che Guevara a los jovenes, el dinero te dara satisfacciones y nuevos horizontes, total ya sabes que "las mejores de la vida son gratis".

    respecto al horario ya te organizarás para poder parrandear, creemelo, cuando la aventura llama no importa que haya que llegar desvelado al oto dia y meterse 10 litros de café.

    piensa en todas esas deliciosas secretarias y contadoras encerraditas esperando al real mexican macho que se las lleve despues del trabajo a echar una cerveza.
    jajajajjajaja

    soy el diablo weeeeeeeeeeeeeeeeeeeee, malaconsejandote de mujeres. la verdad es que hace años me impuse no andar con mujeres del trabajo "donde se consigue el pan, no se consigue la carne" decia un sabio.

    Vende el almaaaaaaaaaaaaa, o rentala

    suerte hermano, que gusto opir que andas en dilemas humanos y mundanos

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  6. Jajaja...

    Lo bueno que me mandas a corretear secres y contadoras a una oficina, imagina que trabajara en una prepa y que me hubieras mandado a corretear colegialas...

    [Mmm... Colegialas :P Diablos, mi enfermedad es crónica y degenerada... ups! quise decir degenerativa. Debe ser el calor...]

    Mi estimado black, tú mismo eres un idealista, pero debo reconocer que tu comentario es muy oportuno.

    La última parte me suena a que te da gusto que la demás gente también sufra por problemas mundanos, jajaja...

    De cualquier forma, ¡salud!

    A poco no se antoja una chela con este calorcito?

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  7. Vende tu alma a al precio suficiente para comprar otras almas, luego véndelas al doble del precio al que las compraste, ésto te hará dueño de una cantidad impresionante de dinero, lo suficiente para que cuando mueras, le dejes a los demás lo suficiente para vivir, luego te darás cuenta de que todo fue un sueño y despertarás en el mismo lugar, en la misma ciudad y con la misma gente. FIN.
    Augusto.

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