sábado, 22 de mayo de 2010

Hazañas panboleras



El sol de mediodía caía a plomo sobre el árido campo de futbol de la escuela y ni una solo nube aparecía en el cielo, pero eso no importaba.

Sobre la cancha, ya estaban listos los dos equipos rivales. En primera instancia, el equipo campeón del torneo anterior, llamado Los Pelos. Poderosa escuadra que había ganado todos los encuentros previos al que estaba a punto de ser disputado.

Del otro lado, nosotros, que habíamos nombrado a nuestro equipo como el Real Madrid SA, haciendo alusión a los pocos juegos que esperábamos ganar, los cuales, para esas instancias del torneo llegaban a la fabulosa cantidad de un redondeado cero.

Los momios se encontraban 10 a 1, y, fuera del polvoso escenario donde se desarrollaría el encuentro, los curiosos, los que esperaban ver que nos masacraran, las novias de los jugadores de Los Pelos y nuestras compañeras del salón. Fieles espectadoras en nuestras derrotas.


Yo conocía muy bien el estilo de juego de Los Pelos. Sabía de su toque, de su elegante juego en conjunto, de la potencia de sus jugadores y de la despiadada goliza de que podíamos ser objeto.

Nosotros sólo jugábamos por divertirnos, no éramos organizados, muchos no entendían la posición que jugaban, nuestro portero era un loco fanático de la serie de los caballeros del zodiaco que solía esperar los disparos rivales en posición de dametufuerzapegaso... En resumidas cuentas, un clásico encuentro de David contra Goliat, sólo que éste David había dejado olvidada la resortera en la otra túnica...

En una jugada fortuita, tiro de esquina por la punta derecha, el balón le pegó al Estupidín entre oreja, cachete y trompa [se me antojaron unos tacos jejeje...], y se fue al fondo de las redes.

Inverosímil, increíble, inaudito: el peor equipo del torneo le estaba pegando un gol por cero a los mejores jugadores de la escuela, que para colmo, eran de primer año y por tanto más jóvenes y más rápidos que nosotros.

Por lo mismo, el gusto nos duró muy poco y antes de terminar el primer tiempo, nos empataron con un tiro libre muy bien cobrado. Al empezar el segundo lapso, un error de nuestro portero les dio la ventaja en el tanteador.

Cómo lo he dicho en otras ocasiones, a veces lo único que hace falta es intentar... y las cosas simplemente resultan.

En jugada que armamos por la derecha, recibo un excelente pase de El Lobo, estupendo jugador y gran amigo, que tenía el enorme defecto de irle al América. Al intentar yo mandar un centro al otro lado de la portería y gracias a la ayuda del viento, el balón terminó por caer dentro de la portería. Así nada más. Casi sin querer. Empate a dos.

A cinco minutos del final Los Pelos no podían creer que no estuvieran ganando y nosotros no dábamos crédito a lo que sucedía. En ese desconcierto, el lobo me pasó el balón esta vez por el centro, cargado un poco hacia el lado izquierdo.

Yo estaba sólo y sabía que podía tirar. Sentí como el tiempo parecía detenerse y escuchaba dentro de mi cabeza una voz que decía Confianza... Confianza...

Las dudas usuales también acudían en tropel a mi mente: Si tiraba desde esa distancia, podía fallar, la pierna izquierda no la usaba ni para subirme al camión y me arriesgaba al ridículo, pero la pelota estaba en juego, venía hacía esa pierna precisamente y yo sólo tenía una opción.

Me armé de convicción, decidí creer, tiré con la pierna zurda y...


-Señor, señor... Despierte.
-No manches cantinero, me despiertas en lo mero interesante...
-Usted disculpe, pero es que son las cuatro de la mañana y ya vamos a cerrar.
-Me lleva el diablo, y ahora ¿cómo voy a saber si metí gol?


Voy a tener que volver a ponerme briago mañana. Ni modo. Todo sea por conocer el final de la historia...

¡Salud!

8 comentarios:

  1. buuu!!
    te has contagiado de la locura futbolística del momento... D:

    ni modo... :C

    ResponderEliminar
  2. Jajaja... Soy un loco futbolístico desde hace tiempo y lo sabes, y esa historia tenía varias semanas en estado de borrador, además tenía que sacarla antes de que todo mundo esté contagiado...

    Sabes que siempre es un placer tenerte por aquí. No te pierdas las próximas semanas, tal vez aparezas por ahi...

    Un abrazo ;)

    ResponderEliminar
  3. jojojo seguiste el mismo curso de los partidos de fut, justo cuando está a punto de anotar o no le atina o se la quitan o por cremoso se resbala solo. Así que es mejor despertar del sueño y dejarlo a la imaginación

    ResponderEliminar
  4. Jajaja...

    Sip. Tal vez tengas razón. Pero de todos modos tengo curiosidad ;)

    ResponderEliminar
  5. Lo mejor de todo es... imaginar esos tiempos, que felices fuimos !!! no crees ? my stimado

    ResponderEliminar
  6. Muy felices!!

    Por eso me gusta recordar esos tiempos y, en particular, ese juego, está dentro de mis recuerdos favoritos...

    Te mando un abrazo.

    ¡Salud!

    ResponderEliminar
  7. ESTUVO BUENO EL PARTIDO, PERO EL CANTINERO QUE INOPORTUNO, CREO QUE A TODOS HA PASADO QUE TE DESPIERTEN EN LO MÁS INTERESANTE DE UN SUEÑO. EN FIN FELICIDADES

    ResponderEliminar
  8. Muchas gracias...

    Pasadas las lagunas mentales pude recordar en que terminó ese partido.

    Luego les cuento ;)

    ResponderEliminar